Corteza de tarta fácil

Tarta vs Tarta. La batalla en la que los miembros del equipo de Delish seguimos decentemente divididos (aunque los debates son apasionantes). Pero lo que no podemos debatir es cuánto mejor es una tarta con una corteza casera, ¡específicamente ésta! Esta corteza de tarta perfecta es súper fácil de hacer, súper hojaldrada y TAN mantecosa sin usar manteca. Sabemos que comprar la corteza en el pasillo del congelador es la opción más fácil, pero prometemos que esta receta no intimida en absoluto y se puede hacer rápidamente y con un presupuesto.

La receta crea lo suficiente para una corteza de pastel inferior, por lo que si desea crear un enrejado o una corteza superior completa (como para nuestro pastel de manzana perfecto), simplemente duplique esta receta.

Tres cosas que debe tener en cuenta al hacer la corteza de pastel:

1. La mantequilla debe estar SÚPER FRÍA.

Esto no es una exageración: la mantequilla blanda o la que está empezando a calentarse hará que la masa sea difícil de trabajar. No saque la mantequilla de la nevera hasta que esté listo para empezar.

2. Rompa la mantequilla… pero no demasiado.

La mayoría de las recetas piden que se rompa la mantequilla en trozos del tamaño de un guisante, lo cual es cierto, pero también querrá conservar algunos trozos más grandes. Estos ayudarán a crear una corteza con capas escamosas.

3. Mezclar con las manos.

Sí, puede transferir la mezcla de mantequilla y harina a un procesador de alimentos, pero no es totalmente necesario. Trabajar con las manos te asegurará el control de la masa.

4. El vinagre de sidra de manzana es el secreto.

Las recetas de cortezas de pan a menudo piden una cucharada de vinagre o vodka como ingrediente secreto para crear una masa aún más escamosa. Nos encanta el vinagre de sidra de manzana, ya que evita el aumento del gluten, que puede crear una corteza más dura.

5. Sí, tienes que añadir el agua helada a cucharadas.

Después de trabajar la harina y la mantequilla, necesitarás un poco de agua para ayudar a unir la masa. Asegúrate de que esté helada; de lo contrario, la mantequilla empezará a derretirse y te perderás la escamación 🙂 Simplemente llene un cuenco con hielo y añada agua, y luego vaya echando cucharadas a medida que las necesite, trabajando la masa después de cada una, hasta que esté bien unida.

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