Transmisión sexual de la hepatitis C

Revisión

Transmisión sexual de la hepatitis C

Transmisión sexual de la hepatitis C

Norma de Paula Cavalheiro

Laboratorio de Hepatitis, LIM-47, Departamento de Enfermedades Infecciosas Escuela de Medicina, Universidad de São Paulo

Correspondencia a

Resumen

En general, se acepta que el virus de la hepatitis C (VHC) puede transmitirse eficazmente por vía parenteral, aunque los datos sobre la transmisión viral por contacto sexual o intrafamiliar no sexual son contradictorios. Desde que comenzó la recopilación de datos en 1989, el primer estudio trató sobre el riesgo de transmisión sexual entre múltiples parejas sexuales. Le siguieron otras investigaciones que destacaban que el riesgo aumenta en grupos específicos como los pacientes coinfectados por el VIH y el VHB, los trabajadores del sexo, los homosexuales, los consumidores de drogas ilícitas y los pacientes atendidos en clínicas de enfermedades de transmisión sexual.
Se plantea la cuestión de cuál puede ser el riesgo para los heterosexuales monógamos de la población general, en los que uno de los miembros de la pareja tiene el VHC.
La literatura proporciona tasas globales que varían de cero a 27%; sin embargo, la mayoría de los estudios afirman que las posibilidades de transmisión sexual son bajas o casi nulas, con tasas para esta modalidad que fluctúan de cero a 3%. La transmisión intrafamiliar se considera fuertemente, pero no es concluyente, ya que cuando se menciona la transmisión entre parejas sexuales dentro del mismo hogar, también deben considerarse situaciones específicas, como el hecho de compartir artículos de higiene personal, como cuchillas de afeitar, cepillos de dientes, cortaúñas y alicates de manicura, que son importantes factores de riesgo en la transmisión del VHC. En esta revisión, se discuten las hipótesis de transmisión sexual y/o intrafamiliar.

Palabras clave: Hepatitis C; Transmisión; Sexual; Intrafamiliar.

RESUMO

La eficacia de la transmisión parenteral de la hepatitis C es un consenso, pero los datos de la literatura sobre la transmisión sexual e intrafamiliar son contradictorios.
El primer trabajo que relaciona el riesgo de transmisión sexual con la multiplicidad de parejas sexuales data de 1989, posteriormente otros estudios también refuerzan que los riesgos aumentan en poblaciones específicas como los coinfectados por el VIH, VHB, trabajadores del sexo, homosexuales, usuarios de drogas ilícitas y poblaciones clínicas de enfermedades de transmisión sexual.
Ahora bien, en la población general, ¿cuál sería el riesgo de las parejas monógamas heterosexuales en las que uno de los cónyuges está infectado por el VHC? La literatura presenta cifras que van de cero a 27%, sin embargo la mayoría de los trabajos afirman que las probabilidades de transmisión son bajas o casi nulas y aquí los porcentajes van de 0% a 3%. La transmisión intrafamiliar se considera fuertemente y se menciona como un factor de confusión cuando se menciona la transmisión entre parejas, ya que se debe considerar que el hecho de compartir utensilios de higiene personal como hojas de afeitar El cepillo de dientes, el alicate de manicura y el cortaúñas actúan como importantes factores de riesgo de transmisión del VHC dentro del hogar. Transmisión sexual y/o transmisión intrafamiliar, esta revisión saca a la luz ambas hipótesis discutidas en varios trabajos de todo el mundo.

Los pacientes infectados por el VHC se preguntan con frecuencia si su infección puede transmitirse a sus parejas sexuales, y si el VHC puede transmitirse a través de las relaciones sexuales. El sentido común sugiere que el VHC, al igual que el VHB y el VIH, puede transmitirse por contacto sexual, pero ¿cuál es el grado de riesgo? ¿Depende de la población estudiada? ¿Puede el comportamiento de riesgo alterar el potencial de contaminación27,34,74?

Clásicamente, la exposición parenteral reúne muchos factores de riesgo relevantes para la transmisión del VHC, como el uso de drogas ilegales, la hemodiálisis, la transfusión de sangre y sus derivados, los tatuajes, los trasplantes de órganos, la acupuntura, el uso compartido de pajitas para la inhalación de fármacos y los accidentes del personal sanitario12,26,49,58,71,89.

Las pruebas convincentes de la transmisión sexual del VHC requieren un historial de convivencia de las parejas en la actividad sexual, la ausencia de otras oportunidades de infección y pruebas genéticas sobre el virus, que demuestren que ambos miembros de la pareja están infectados por un virus con secuencias genómicas muy similares. La posesión de información de calidad en relación con estas cuestiones puede ayudar a dar respuesta a las mismas. Sin embargo, pocos estudios cumplen estos criterios de forma satisfactoria22,69,85.

ALTER et al. (1989)2 presentaron el primer estudio en el que se discutió la posibilidad de transmisión del VHC, y consideraron a las parejas sexuales múltiples como un factor de riesgo. Sin embargo, la contribución del VHC transmitido por vía sexual sigue siendo controvertida. En los Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que entre el 20 y el 25% de los índices de transmisión están asociados al contacto sexual, aunque las cifras que se barajan en todo el mundo fluctúan, ya que hay muchas poblaciones diferentes implicadas2,15,48.

La información disponible sobre la transmisión sexual del VHC varía considerablemente; las cifras comunicadas oscilan entre el cero y el 27%. Sin embargo, la mayoría de los estudios mencionan índices de entre cero y 3%. Estos bajos índices, asociados a factores de riesgo poco frecuentes, sugieren que la transmisión sexual presenta un riesgo mínimo o insignificante18,30,31,44,49,51,54,69,82,83,92.

Los estudios que analizan grupos específicos, como los que acuden a las clínicas de enfermedades de transmisión sexual, como los drogadictos, los homosexuales y los trabajadores del sexo, revelan resultados que difieren de los de la población general, y los riesgos de transmisión sexual del VHC aumentan considerablemente12,15,18,23,25,26,37,51,61,65,68,69,83,85,91.

GAMBOTTI et al. (2005)27 identificaron 29 casos de hepatitis C aguda ocurridos entre 2001 y 2004 en una población de varones seropositivos que mantenían relaciones sexuales con otros varones y realizaban conductas de riesgo como sexo sin protección o con múltiples parejas, revelando porcentajes de seroconversión para el VHC superiores a los de la población general27.

Al analizar una cohorte de 1.038 varones homosexuales, BODSWORTH et al. (1996)4 encontraron que el 7,6% eran positivos para anti-VHC, y sugirieron que la supresión inmunológica causada por el VIH podría facilitar la adquisición de la infección. Investigadores como FILIPPINI et al. (2001)23 afirman que el riesgo de transmisión sexual es mayor en caso de coinfección VIH-VHC4,23.

En un artículo de revisión, BONACINI & PUOTI (2000)5 presentó que las parejas estables de pacientes infectados por el VHC tienen un mayor riesgo de infección por el VHC que las parejas del caso índice negativo al VHC. Inicialmente se pensó que la coinfección por el VIH en el caso índice potenciaba la transmisión sexual. Sin embargo, otros estudios no confirmaron esta impresión inicial5.

En Canadá, al investigar el riesgo de transmisión sexual del VHC y del VIH entre los usuarios de drogas no inyectables y sus parejas sexuales, se observó que en los grupos con conductas de bajo riesgo existía la posibilidad de transmisión sexual del VHC56.

Al considerar los pacientes atendidos en las clínicas de hepatología y que no pertenecen a grupos con conductas de riesgo, pero que son portadores del VHC, y sus parejas sexuales, ¿cuál podría ser el riesgo de que estas parejas, no portadoras, se infecten a través de la actividad sexual? Esta cuestión debe considerarse y evaluarse cuidadosamente69,76,92.

Un grupo que despierta mucha curiosidad es el de los pacientes seropositivos al VHC que no presentan un factor de riesgo identificable para la infección por el VHC, que es una media del 30-40% de los pacientes. Probablemente la transmisión sexual, al igual que otras formas de contacto humano puede jugar un papel importante dentro de este grupo de pacientes6,16,28,30,39,57,68,76.

En Australia, donde se evaluaron las notificaciones de casos de hepatitis C, los factores de riesgo relacionados con la transmisión del VHC mostraron índices inferiores al 2%. La investigación menciona que la seropositividad entre parejas sexuales fue mayor que entre otros individuos que tuvieron contacto no sexual y que residían en el mismo hogar19.

NEUMAYR et al. (1999)57, después de evaluar los genotipos entre ocho parejas, reportaron sólo dos en concordancia, de las cuales sólo una presentaba otro factor de riesgo evidente, mostrando que la transmisión sexual es posible pero infrecuente entre parejas monógamas de portadores crónicos del VHC. KAO et al. (1996)38 encontraron un índice del 17% entre 100 parejas anti-VHC positivas. De ellas, 11 presentaban el mismo genotipo 1b38,57.

TANAKA et al. (1997)82 observaron que los cónyuges de parejas sexuales portadoras del VHC presentaban un riesgo 2 veces mayor de contraer la enfermedad que los cónyuges de parejas negativas al VHC. SOTO et al. (1994)79, en un estudio multicéntrico, evaluaron a 423 parejas heterosexuales con un índice de casos reactivos para el VHC, y sugirieron que la infección podía transmitirse sexualmente, pero con poca eficacia. Sin embargo, la coinfección por el VIH puede aumentar estos valores. MARINCOVICH et al. (2003)44, al evaluar una cohorte de 171 heterosexuales, inicialmente seropositivos para el VHC y el VIH, sugirieron que la transmisión sexual del VHC es extremadamente baja o incluso nula, y ninguna pareja de la población estudiada se convirtió en seropositiva para el VHC44,79,82.

La transmisión sexual e intrafamiliar del VHB ha sido bien documentada, pero no parece haberse establecido la misma cuestión para el VHC. También sabemos que la transmisión del VHB y del VIH es considerablemente mayor que la del VHC; sin embargo, no debe descuidarse el número de personas que podrían adquirir la hepatitis C por vía sexual10,15,17,23,24,28,40,51,85,86.

La comparación entre las parejas sexuales y otros miembros de la familia que residen en el mismo hogar, teniendo como referencia un portador del VHC, muestra que el contacto intrafamiliar es un factor importante en la transmisión del VHC. Los hábitos culturales difieren de una población a otra y pueden interferir en los resultados de los estudios epidemiológicos que implican la transmisión del VHC.

En un estudio de DIAGO et al. (1996)17 la incidencia de anti-VHC para las parejas sexuales de los casos índice fue del 7,6% (30/394), y para otros miembros de la familia fue del 3,3% (34/1057)17.

En el estudio de CHANG’S et al. (1994)10 de 307 familias de pacientes portadores del VHC, el 28% presentaba parejas positivas al anti-VHC, un porcentaje mayor, comparado con los hijos y otros contactos familiares del caso índice del VHC (6,4%) (r < 0,001). La positividad anti-VHC fue del 23% en los maridos que presentaron a las esposas como caso índice, y del 29% en las esposas que presentaron a los maridos como caso índice10.

La identificación, las vías de transmisión y la evaluación de la prevalencia del VHC entre los miembros de la familia son factores muy importantes en cuanto a la prevención de la diseminación de la infección por el VHC en zonas endémicas73.

Egipto es un país endémico para la infección por el VHC. En un estudio de población, se investigó a 669 mujeres parturientas, de las cuales 94 resultaron positivas en las pruebas de detección de anticuerpos contra el VHC, y posteriormente se genotipificaron 35 secuencias genómicas del VHC y se establecieron las homologías entre ellas. El resultado fue que 33 secuencias presentaban el mismo genotipo, 30 mostraban una similitud del 100%, dos del 97% y una del 91%. También se secuenció la región NS3 del genoma del VHC. El índice para los niños fue bajo en comparación con las parejas. En este estudio, la transmisión sexual parece desempeñar un papel importante en la transmisión intrafamiliar del VHC41,43.

OKAYAMA et al. (2002)60 evaluaron a 973 sujetos en Japón en una zona considerada endémica para el VHC, mostrando que el 23% eran anti-VHC positivos. Esta población fue acompañada, y en un periodo de 11 meses, 14 parejas seroconvirtieron. De ellos, cinco tenían antecedentes de haber estado con una pareja portadora del VHC, y seis no. No hubo correlación estadística, y la transmisión sexual no se consideró probable60.

Al evaluar los factores de riesgo de infección por el VHC en 109 casos y 250 familiares de pacientes con hepatitis crónica en Corea, KIM et al. (1998)40 diagnosticaron la infección por el VHC sólo en un cónyuge (1,2%) y en ningún hijo, concluyendo que el grado de transmisión sexual o familiar de la infección por el VHC es extremadamente bajo40.

Un informe sobre la transmisión intrafamiliar en Italia menciona un 8% de casos positivos entre los miembros de la familia de pacientes positivos al VHC, frente a menos del 1% en la población general. Otro estudio de investigadores de los CDC, menciona un 22,6% como riesgo de adquisición de la infección a través de las relaciones sexuales y el contacto con miembros de la familia, tras evaluar a 206 pacientes portadores del VHC3,36.

HOU et al. (1995)34 evaluaron a los cónyuges de pacientes sometidos a hemodiálisis, y observaron un aumento de la infección por el VHC en comparación con el riesgo de otros miembros de la familia que vivían en el mismo hogar34.

DE MERCATO et al. (1996)16 en su estudio, que difiere de otros, no encontró resultados positivos en los niños que vivían en el mismo hogar con pacientes positivos para el VHC; sin embargo, en la misma población, el 22% de los cónyuges eran positivos. Estos autores concluyeron que no debe excluirse la transmisión sexual, y que la alta prevalencia estaba relacionada con el tiempo de convivencia de las parejas16.

La cuestión del tiempo necesario de convivencia de las parejas para que se establezca la transmisión sexual del VHC es otra cuestión controvertida en la que hay que insistir. Existen informes divergentes y convincentes en la literatura que discuten tanto la infección aguda como la crónica, siempre que surjan posibles evidencias de transmisión sexual.

En un artículo de revisión ROONEY & GILSON (1998)68 informan de una estimación del riesgo de infección por el VHC de 1,5 (IC 1,05-2,2) por década de matrimonio, y de que las mujeres con parejas positivas al VHC tienen una probabilidad 3,7 veces mayor de contraer la enfermedad. Otros estudios revelaron que, además del contacto familiar y el comportamiento sexual, el hecho de compartir artículos de uso personal, como cuchillas de afeitar, cepillos de dientes, cortaúñas y alicates de manicura, puede ser importante en la transmisión intrafamiliar de la hepatitis C12,14,16,17,26,29,38,40,49,51,53,55,59,68,73,74,77,78,83,85.

SCOTTO et al. (1996)75 encontraron que el 8,43% de las 83 parejas sexuales estudiadas eran positivas al VHC. Curiosamente, ninguna pareja de los diez pacientes sometidos a diálisis era anti-VHC positiva. En las parejas de pacientes con enfermedad hepática crónica, cinco de cada 31 (16,12%) eran positivas, y en las parejas de pacientes con anti-VHC dos de cada 42 (4,7%) eran positivas75.

STROFFOLINI et al. (2001)81 concluyeron que, a pesar de que ocho de 13 parejas presentaban el mismo tipo viral, la transmisión sexual se consideraba baja, y el uso compartido de jeringuillas parecía ser la vía más eficaz para la transmisión del virus en las parejas81.

Se han planteado dudas sobre la necesidad de que las parejas convivan durante largos periodos de tiempo para aumentar el riesgo de transmisión sexual del VHC66,67. En un informe de CAPELLI et al. (1997)7 una mujer donante repetida se sorprendió al enterarse de que era PCR-VHC positiva, en algún momento entre las dos donaciones. Señaló que vivía con una pareja sexual que era portadora crónica del VHC. La similitud del virus en la pareja fue del 93,4% (región E2/NS1). No se identificó ningún otro factor de riesgo7.

Otro informe, con fuertes indicios de transmisión sexual durante un corto periodo de tiempo en una pareja que vivía junta, siendo uno de los miembros de la pareja sexual positivo para el VHC, mostró una doble infección, con los tipos dos y cuatro presentes en ambos miembros. Este fue el primer caso publicado de transmisión de dos tipos diferentes de VHC74.

En defensa de la necesidad de largos periodos de convivencia para justificar la transmisión del VHC, HERSHOW et al. (1998)33 encontraron factores de riesgo significativos para la infección por el VHC al considerar las parejas sexuales promiscuas, las parejas sexuales de usuarios de drogas, las enfermedades de transmisión sexual asociadas, las relaciones sexuales pagadas y un largo periodo de convivencia con una pareja VHC-positiva33.

La transmisión sexual del VHC implica un amplio abanico de cuestiones que deben considerarse conjuntamente al tratar el tema. Entre estas cuestiones se encuentra el número de parejas sexuales12.

MELE et al. (1999)47 analizaron el número de parejas sexuales en la transmisión del VHC y descubrieron que el riesgo era dos veces mayor para los que declaraban tener dos parejas sexuales, y 2,8 veces mayor para los que declaraban tener tres. Estos grupos se compararon con los informes sobre los que tenían menos de dos parejas, lo que sugiere que la transmisión sexual puede desempeñar un papel importante en la transmisión de la hepatitis C en Italia47. Además, SALLERAS et al. (1997)72 informaron sobre el número de parejas sexuales, mostrando un aumento del riesgo de transmisión del VHC que era 14 veces mayor en los que tenían cuatro parejas o más, y sólo tres veces mayor en los que declaraban dos o tres parejas. Este riesgo se comparó con el de los pacientes que mencionaron tener sólo una pareja sexual. Los autores señalan que la transmisión sexual debe considerarse como un modo de transmisión del VHC en pacientes que no muestran otros medios de exposición parenteral32,35.

Hay pocos informes de Brasil sobre la transmisión sexual del VHC. Entre los más importantes, TENGAN et al. (2001)84 evaluaron 154 donantes de sangre que presentaron una reacción serológica positiva para el VHC y sus parejas sexuales. En esta población, se consideró que el 11,76% de las parejas estaban actual o previamente infectadas por el VHC, lo que sugiere que la alta prevalencia de infección entre estas parejas podría atribuirse en parte a la transmisión sexual. En otro importante estudio, CAVALHEIRO (2004)9 reclutó 45 parejas con diagnóstico de hepatitis C, eligiendo 24 en las que ambos miembros presentaban viremia, lo que permitió realizar un análisis filogénico de las cadenas genómicas del VHC entre las parejas. Los resultados de este estudio revelaron una similitud del 98,3% entre los miembros de la pareja en 22 (91,7%) de las parejas utilizando la región NS5b para el análisis. Además, se evidenció un alto índice de uso compartido de objetos personales, que se consideró un factor de confusión, lo que dificulta la conclusión de que la transmisión fue estrictamente por vía sexual9,84.

SOUTO et al. (1994)80 al abordar la importancia de los factores de riesgo en la adquisición de la infección por el VHC en 780 habitantes de la región sur de la Amazonia no encontraron indicios de que la transmisión sexual pudiera contribuir a la prevalencia de anti-VHC encontrada de 2,4%. En un estudio realizado en el Hospital de las Clínicas de la Universidad de São Paulo, Brasil, se informó de una prevalencia del 20,2% de parejas con ARN-VHC positivo, con uno de los miembros de la pareja ya conocido como infectado por el VHC. Hubo concordancia del genotipo del VHC en 16 de los 20 casos estudiados, con una mayor frecuencia del genotipo uno48,64,80.

MESQUITA et al. (1997)50 examinaron una población de prostitutas brasileñas y sus clientes, analizando los factores de riesgo asociados a la transmisión de la hepatitis C, sugiriendo que la transmisión sexual desempeña un papel importante en la epidemiología del VHC, principalmente cuando se trata de un comportamiento sexual promiscuo. La prevalencia del VHC en esta población fue del 1,5%, índice que alcanza alrededor del 2,2% en los bancos de sangre. Los autores concluyeron que la transmisión sexual desempeña un papel importante en la propagación de la infección por el VHC en los seres humanos. PASSOS et al. (2002)62 concluyeron que la transmisión sexual y perinatal era baja entre 409 pacientes de una clínica de reproducción asistida. En 1995, FIGUEIREDO et al.22 analizaron 83 parejas, y la incidencia del 2,4% en este grupo sugirió la transmisión sexual. Los autores consideraron esta vía como probable pero poco eficaz22,50,62,88.

Debiendo profundizar en el tema del número de parejas sexuales, involucrando al importante grupo de riesgo de las relaciones sexuales remuneradas, existen hallazgos que difieren de la población general45. NAKASHIMA et al. (1996)53 en Japón realizaron la prueba del VHC a 244 prostitutas, el 10,1% presentó serología positiva, mientras que las mujeres reclutadas en los bancos de sangre presentaron un índice del 0,8%. Además, a mayor número de años de actividad, las posibilidades de contraer el virus eran mayores53.

LAURENT et al. (2001)42 en un estudio de la República del Congo afirmaron que la transmisión sexual del VHC entre las prostitutas de esta población no era relevante, encontrando sólo una transmisión significativa entre las mujeres que también presentaban una enfermedad de transmisión sexual asociada42.

Otra cuestión relativa a la transmisión sexual del VHC es la presencia del virus en secreciones, saliva20,21, semen8,59 y sangre menstrual78. Algunos estudios plantean la cuestión y discuten la vía más probable de infección, y si es de hombre a mujer o de mujer a hombre. El VHC puede aislarse tanto del semen como de la secreción vaginal; sin embargo, parece haber un mayor potencial de transmisión de hombres a mujeres. Ciertamente, el traumatismo de la mucosa durante el coito aumenta el riesgo de transmisión viral, al igual que los altos niveles de viremia y la PCR positiva para el semen. También hay que tener en cuenta las dificultades técnicas de la PCR-HCV para el semen, que pueden oscurecer un diagnóstico positivo85,90.

Se evaluó el semen de 35 hombres, y cinco presentaron una PCR-HCV positiva. CASSUTO et al. (2002)8 y otros señalan la dificultad con el transporte de inhibidores al manipular las muestras durante la PCR-HCV, puede llevar a resultados falsos negativos8.

SILVERMAN et al. (1994)78 examinaron la sangre menstrual de diez mujeres infectadas crónicamente por el VHC, y todas las muestras fueron positivas al ARN del VHC. Su estudio sugirió un mecanismo posiblemente implicado en la vía de transmisión sexual de la infección por el VHC entre mujeres y hombres78.

Curiosamente, al evaluar las posibles consecuencias de un accidente, en el que las mujeres habían recibido inmunoglobulina anti-D contaminada con el virus de la hepatitis C, MEISEL et al. (1995)46 al reexaminarse 10-15 años después, junto con 94 maridos, no encontraron evidencia de transmisión del VHC a estos hombres. Este estudio refuerza la hipótesis de que la infección de la mujer al hombre es mucho menos probable que lo contrario46.

La presencia del VHC en la saliva y el riesgo de transmisión fueron evaluados por FABRIS et al. (1999)20 que concluyeron que la presencia del VHC en este fluido constituye una condición necesaria, pero insuficiente para la transmisión. El estudio mostró la presencia del virus en niveles elevados en fracciones de saliva de portadores crónicos del VHC, pero estos hallazgos no se asociaron con un aumento del riesgo de transmisión del VHC entre las parejas sexuales20.

Los estudios epidemiológicos con soporte virológico sobre la transmisión sexual del VHC no son comunes en la literatura, y la mayoría de los estudios se refieren a números pequeños e informan sobre transmisiones agudas en casos aislados. La región del virus examinada también varía de un estudio a otro85.

THOMAS et al. (1995)87 investigaron las pruebas de transmisión sexual del VHC en una clínica de enfermedades de transmisión sexual en Baltimore. El grado de homología, cuando se evaluó el dominio hipervariable (HVR1) en la unión entre las regiones E1 y NS1/E2 del VHC fue del 94,4% para tres parejas en comparación con muestras seleccionadas al azar que mostraron valores significativamente inferiores al 82,4%. La homología de estas secuencias indica el origen común de la infección por el VHC, lo que sugiere fuertemente la transmisión sexual. Las mujeres que tenían parejas positivas al VHC presentaron índices de infección 3,7 veces mayores que las que tenían parejas negativas al VHC87.

MORSICA et al. (2001)52 al evaluar un caso de infección aguda por el VHC, encontraron un 94,9% de similitud en la región E2/HCV, donde la única fuente probable era la transmisión sexual52.

CHAYAMA et al. (1995)11 analizaron la región E1/HCV en ocho parejas que tenían el mismo genotipo. En cinco, el análisis filogenético mostró una alta similitud del > 97% con una homología mucho menor para las otras tres, de alrededor del 91-92%. Los autores concluyen que estos datos sugieren fuertemente la existencia de transmisión del VHC en estas parejas11.

WILLIANS et al. (2003)90 investigadores de la División de Hepatitis Virales de los CDC, acompañaron 263 casos de hepatitis C aguda; el 13% de estos casos informaron de la exposición sexual como único factor de riesgo en la adquisición de la enfermedad. Se analizaron muestras de suero de siete de las 24 parejas positivas, y cinco mostraron una concordancia del genotipo con la identidad en la secuencia genómica del 97,8 al 99,3%. Las relaciones de estas parejas apoyan la actividad sexual como modo de transmisión del VHC90.

PIAZZA et al. (1997)63 acompañaron a 884 parejas, con un criterio de inclusión de PCR-HCV negativo en parejas de pacientes con hepatitis C crónica. Estas parejas sexuales fueron acompañadas durante un periodo de dos años y medio, resultando siete positivas por reacción de PCR-HCV. Se encontró un vínculo homólogo estricto en cuatro casos y el porcentaje de homología fue cercano o igual al 100% en las secuencias 5’UTR y Core y alrededor del 70% en el fragmento de la región hipervariable 1. En los otros tres casos hubo un porcentaje de homología entre el 90% y el 95% en la 5’UTR y las secuencias Core y entre el 37% y el 50% en la región hipervariable 1. Este estudio concluyó que la hepatitis C es transmisible por vía sexual63.

ROSS et al. (1999)70 al evaluar una pareja cuyo estudio filogenético entre los virus fue del 100% de similitud, considerando una región Core-HCV, señalaron que los resultados de la encuesta epidemiológica y el análisis del genoma viral son componentes complementarios que aportan pruebas de la transmisión sexual del VHC70.

La homología entre las secuencias genómicas simplemente sugiere la misma fuente de infección en las parejas. Sin embargo, no permite confirmar dónde y cómo se adquirió la infección, si por una fuente externa como el uso compartido de artículos de higiene personal o a través del coito65,85.

En conclusión, parece que la transmisión sexual del VHC tiene lugar, aunque con una eficacia mucho menor que la observada para otros virus como el VHB o el VIH. Además de factores como la coinfección con el VIH y la asociación con enfermedades de transmisión sexual, también parece que el tipo de actividad sexual puede aumentar la eficacia de la transmisión del VHC por vía sexual.

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