La importancia de los «dientes flotantes» en los niños

En la literatura se expresa con frecuencia la opinión de que el hallazgo radiográfico de «dientes flotantes» es distintivo o patognomónico de la histiocitosis en los niños (1, 10, 11, 13, 14). En la literatura radiográfica y odontológica han aparecido numerosos informes de casos de «dientes flotantes» en dos variantes de las histiocitosis -granuloma eosinofílico y enfermedad de Hand-Schüller-Cliristian-.

Los «dientes flotantes» son dientes que han perdido el hueso alveolar que los sostiene como consecuencia de algún proceso destructivo que afecta a la mandíbula o a la cresta alveolar de los maxilares. Las manifestaciones radiográficas incluyen la pérdida de hueso alveolar, la pérdida de la lámina dura y, en el caso de los dientes no erupcionados, la pérdida del folículo dental. Las puntas de las raíces de los dientes afectados pueden sufrir reabsorción (15). Finalmente, el diente se elevará y desplazará de los dientes adyacentes, con un aspecto radiográfico resultante del diente colgando o flotando en el tejido blando sin soporte óseo. El proceso destructivo puede afectar a un solo diente, a un grupo de dientes o a toda la arcada dental, incluidos los dientes deciduos o permanentes erupcionados o no erupcionados.

Clinicamente, estos niños suelen presentarse con dolor e inflamación de la mandíbula o el maxilar. El examen físico generalmente revela evidencia de hinchazón e inflamación gingival, con o sin ulceración y hemorragia. Los dientes afectados pueden aparecer desplazados o no, pero a la palpación estarán sueltos y se moverán libremente (10, 11).

Los autores han estudiado recientemente a 4 pacientes que se presentaron clínica y radiográficamente con los clásicos «dientes flotantes». De los 4, 3 manifestaron una entidad patológica totalmente ajena a la histiocitosis y mucho más amenazante para la vida. El objetivo de este informe es presentar estos 4 casos y destacar la multiplicidad de enfermedades que el radiólogo, el pediatra o el cirujano oral deben considerar como causa de los «dientes flotantes».

Informes de casos

Caso I: D. M., una niña blanca de 3 años de edad, fue llevada a la sala de urgencias del Hospital Jackson Memorial debido a «hinchazón dentro de la boca» y «encías sangrantes» de aproximadamente un mes de duración. La niña había rechazado todos los alimentos sólidos durante una semana antes del ingreso y se quejaba cada vez más de dolor en la boca que, según la madre, tenía un olor desagradable durante este período. La historia médica anterior y los antecedentes familiares no eran destacables.

En el momento del ingreso se registró una fiebre baja de 100,2° F. Los hallazgos físicos pertinentes se limitaban a la cabeza y el cuello. Una ligera protuberancia aparente a lo largo del cuerpo de la mandíbula izquierda resultó ser, a la palpación, una masa firme y no sensible, fijada a la mandíbula. El examen intraoral reveló que la encía inferior izquierda estaba inflamada, ulcerada y sangraba ligeramente. El segundo molar caduco estaba suelto. También se observó un nódulo blando, no sensible y fijo de aproximadamente un centímetro de diámetro en la zona parietal derecha.

Una radiografía de la mandíbula izquierda (Fig. 1) reveló un clásico «diente flotante».

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