Espesor endometrial sonográfico: una prueba útil para predecir la atrofia en pacientes con sangrado posmenopáusico. Un estudio multicéntrico italiano
Dieciocho centros participaron en este estudio prospectivo en el que se reclutaron 930 pacientes elegibles. Los criterios de selección para el ingreso fueron la hemorragia atípica después de al menos 6 meses de amenorrea posmenopáusica, y la ausencia de terapias hormonales durante al menos 6 meses. La medición ecográfica del grosor máximo bi-endometrial se realizó en un plano longitudinal. Las mediciones ecográficas se realizaron siempre dentro de los 3 días anteriores a la evaluación histológica. En estas pacientes, la media de años desde la menopausia (25-75º centil) fue de 6 (rango 2-16). La prevalencia de carcinoma endometrial fue del 11,5% y la de atrofia del 49,2%. El área bajo las curvas características del operador receptor generadas por las mediciones del espesor ecográfico alcanzó el nivel del 85%, tanto para el cáncer como para la atrofia. El cociente de probabilidad para el cáncer, producido por un grosor endometrial de < o = 4,0 mm, fue de 0,05, y para la atrofia fue de 7,1. Este punto de corte de > 4,0 mm arrojó una sensibilidad para la detección del cáncer del 98% y un valor predictivo negativo del 99%. La sensibilidad global y el valor predictivo positivo para la atrofia conseguidos con este punto de corte fueron del 57,2% y del 87,3%, respectivamente. Un modelo logístico multivariante mostró que la edad y el índice de masa corporal eran variables independientes asociadas a un riesgo significativamente mayor de cáncer de endometrio. Las probabilidades de cáncer y atrofia tras la prueba se volvieron a calcular a partir de la integración de la edad, el índice de masa corporal y el grosor del endometrio. La reducción estimada de los procedimientos invasivos sobre la base de esta integración fue del 31%. La medición ecográfica transvaginal del grosor del endometrio, integrada con los factores de riesgo individuales, puede ayudar en el tratamiento de las pacientes posmenopáusicas con hemorragias atípicas, tanto en lo que respecta a la necesidad de una evaluación histológica en los casos de alto riesgo, como a la elección de un posible tratamiento expectante. Hemos demostrado que un grosor endometrial de < o = 4,0 mm predice con seguridad la atrofia endometrial y justifica el tratamiento expectante cuando la paciente comprende la necesidad de un seguimiento adecuado. Esto podría lograrse con una reducción del uso de procedimientos invasivos sin un retraso no deseado en el diagnóstico del cáncer.
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