Servicios sanitarios esenciales para todos en pandemia: ¿Una misión imposible?
La pandemia de COVID-19 ha sobrecargado el sistema sanitario de Indonesia y de muchos otros países. El grupo de trabajo nacional de COVID-19 ha advertido que, a menos que haya una mayor concienciación sobre los protocolos sanitarios y su cumplimiento, el sistema sanitario se colapsará.
Miles de personas han perdido la vida. En estos tiempos difíciles, es fundamental que, a la vez que tomamos medidas para acabar con esta pandemia, sigamos esforzándonos por prestar servicios sanitarios esenciales a todas las personas sin discriminación, es decir, garantizar la cobertura sanitaria universal (CSU). Esto no solo preparará nuestros sistemas para futuras emergencias, sino que también garantizará que la gente no sufra por los costes sanitarios.
Indonesia ha estado en el camino de los servicios sanitarios de calidad para todos desde que introdujo la reforma de la seguridad social a través de dos políticas: el sistema nacional de seguridad social en 2004 y la Agencia de Atención Sanitaria y Seguridad Social (BPJS) en 2011. Luego vino la implementación del programa de seguro nacional de salud (JKN) en 2014, que fue el paso más significativo para nosotros hacia la garantía de la UHC.
El programa JKN tiene como objetivo proporcionar atención médica integral para toda la población a través del apoyo del gobierno y la mejora del acceso a servicios de calidad. Durante los primeros seis años de su implementación, el gobierno preparó varias estrategias para fortalecer la sostenibilidad del programa, principalmente mejorando la gestión del BPJS. Desde entonces, el régimen ha aumentado gradualmente su número de afiliados, hasta llegar a 220 millones de personas, es decir, el 84% de la población en 2019.
Antes de la JKN, los sistemas sanitarios de Indonesia contaban con programas fragmentados y regímenes de seguros privados para quienes podían pagarlos, junto con disposiciones estatales básicas para los más pobres y organizaciones sin ánimo de lucro que apoyaban al resto. La JKN pretendía apoyar a las personas que no podían permitirse un seguro, pero que tampoco podían optar a las ayudas del Estado. Ha conseguido, en sus cortos años, aumentar la utilización de la asistencia sanitaria y reducir los gastos catastróficos.
El camino de Indonesia hacia la CSU no ha estado exento de obstáculos. Indonesia sigue plagada de retos inherentes, que han dificultado la implantación de un plan de seguro único. Nuestra singular geografía dificulta el acceso de las poblaciones de zonas remotas a centros sanitarios de calidad, lo que ha provocado desigualdades.
La JKN también ha incurrido en graves déficits debido a la escasa participación, las primas demasiado bajas y la elevada utilización de los afiliados de pago. Además, los gobiernos locales no son responsables de la financiación del déficit. Esto ha creado una presión para el gobierno central, que tiene un presupuesto limitado para financiar el déficit. Como resultado, los servicios preventivos y de promoción no tienen prioridad y la situación se convierte en un riesgo para el sostenimiento de la JKN.
Los estudios han indicado que existe el potencial para que el plan asuma más financiación, específicamente para los servicios preventivos y de promoción, como los programas de inmunización, que pueden fortalecer los sistemas de salud y prepararse mejor para las emergencias, una lección importante que hay que extraer de 2020.
El tema del Día de la CSU 2020 es «Salud para todos: Proteger a todos». La campaña del Día de la CSU marcará un año desde que se notificaron los primeros casos de COVID-19 en Wuhan, China.
En los últimos tiempos, la BPJS ha asumido otro papel fundamental. El ministro coordinador de Desarrollo Humano y Cultura le ha encomendado que utilice su amplia base de datos sobre hospitales, receptores de ayuda y trabajadores sanitarios para verificar las reclamaciones de los hospitales por el tratamiento del COVID-19. También se está preparando para apoyar las campañas de vacunación contra el COVID-19 para los beneficiarios objetivo.
Además, la tarjeta JKN-Healthy Indonesia ha ayudado a muchos indonesios a obtener servicios sanitarios gratuitos y a conseguir medicamentos durante la pandemia.
Para hacer frente al brote, el gobierno central y los gobiernos locales han tomado varias medidas concretas, incluida la reasignación de su presupuesto para dar prioridad a la respuesta a la COVID-19, que incluye medidas como el rastreo de contactos, la vigilancia, la atención a los pacientes hospitalizados y la provisión de suministros médicos y atención sanitaria como apoyo adicional a la JKN.
Con el aumento de la demanda de atención sanitaria, la JKN desempeña un papel vital en la prestación de servicios sanitarios esenciales a los pacientes de la COVID-19 y en el control del precio de los productos farmacéuticos y los servicios sanitarios.
Sin embargo, como en otros países, aquí también la pandemia ha afectado negativamente a la economía. La recaudación de impuestos ha disminuido, mientras que la necesidad de gasto público ha aumentado. Este futuro incierto debe ser analizado cuidadosamente para la sostenibilidad de la JKN.
En esta difícil situación, hay que priorizar el aumento de la inversión en programas preventivos. De hecho, uno de los cuatro objetivos específicos del programa JKN es dar prioridad a las medidas preventivas, que pueden reducir la prevalencia de las enfermedades y disminuir el número de enfermos. Mientras Indonesia se prepara para las campañas de vacunación contra el COVID-19, esto será especialmente importante.
Indonesia y otros países han invertido sus recursos y energía para superar la pandemia. Esta crisis nos ha recordado que es necesario reforzar los cimientos de nuestros sistemas sanitarios y que sólo si todo el mundo, en todas partes, tiene acceso a servicios sanitarios de calidad, incluidos los programas y las herramientas de prevención, podremos realmente dar pasos hacia un futuro más saludable para todos.
Hemos visto que Indonesia necesita una enorme inversión para lograr la equidad en el acceso a servicios sanitarios de calidad. En las circunstancias actuales, ¿es una misión imposible o posible?
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