¿Qué es un año fiscal?

Algunas empresas utilizan el año natural regular del 1 de enero al 31 de diciembre para fines de contabilidad y presupuesto. Otras, sin embargo, utilizan un período alternativo de 12 meses para seguir y registrar sus finanzas. Esto se conoce como año fiscal.

Año fiscal frente a año natural
Un año fiscal es un año contable que, a diferencia del año natural, no termina necesariamente el 31 de diciembre. Un año fiscal es esencialmente un período personalizado de 12 meses utilizado para fines contables. Por ejemplo, una empresa puede funcionar con un año fiscal que comienza el 1 de noviembre y termina el 31 de octubre. Las empresas que siguen un año fiscal deben seguir cumpliendo con los plazos de declaración de impuestos del IRS, que se basan en el año natural.

Así como algunas empresas operan con un año fiscal en lugar del año natural, también lo hace el gobierno de Estados Unidos. El año fiscal del gobierno federal comienza el 1 de octubre y termina el 30 de septiembre.

Beneficios de operar en un año fiscal
Algunas empresas optan por seguir un año fiscal en lugar de un año calendario porque su año fiscal se ajusta mejor a sus ciclos comerciales naturales. A los distritos escolares, por ejemplo, les gusta seguir los años fiscales del 1 de julio al 30 de junio, porque ese marco temporal se alinea más estrechamente con el año escolar y los hitos financieros relacionados. Los minoristas, por el contrario, tienden a terminar sus años fiscales el 31 de enero. La razón es que diciembre suele ser un mes de gran actividad para los minoristas debido a las fiestas. Por ello, muchos ven una enorme afluencia de ingresos en diciembre, gran parte de los cuales deben ajustarse al llegar enero, cuando los consumidores tienden a devolver los regalos no deseados. Terminar sus años fiscales en enero da a los minoristas una imagen financiera más precisa para informar.

Los negocios estacionales también tienden a utilizar años fiscales para fines de contabilidad. Por ejemplo, si una empresa obtiene la mayor parte de sus ingresos durante la primavera e incurre en la mayor parte de sus gastos durante el invierno, entonces un año fiscal que termine en julio o agosto podría tener más sentido que uno que termine en diciembre.

Otra ventaja de seguir un año fiscal es la posibilidad de ahorrar dinero en honorarios de contabilidad y auditoría. Dado que muchas empresas y entidades siguen el año natural a efectos de contabilidad y auditoría, los profesionales fiscales y contables pueden estar muy solicitados en los meses previos al 31 de diciembre. Por lo tanto, las empresas que requieren estados financieros auditados se benefician si operan con años fiscales que no terminan el 31 de diciembre, ya que esto les da un mayor acceso a los profesionales de la contabilidad y la capacidad de negociar los honorarios.

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