Pelucas de miedo – INFRINGE

Se dice que Andy Warhol acumuló más de 100 pelucas a lo largo de su vida, 40 de las cuales están ahora en posesión del Museo Andy Warhol de Pittsburgh. Fue allí donde el conservador de la Tate, Gregor Muir, vio por primera vez las pelucas y decidió que era vital incluirlas, declarando a The Guardian que «era un poco espeluznante, hay que decirlo, pero al mismo tiempo, es él».

Warhol empezó a usar pelucas en la década de 1950, inicialmente para disimular su escaso cabello. Sin embargo, lo que en un principio servía como método de ocultación pronto se convirtió en un rasgo definitorio de la personalidad pública del artista, ya que Warhol empezó a resaltar deliberadamente la artificiosidad de sus pelucas, llevándolas de tal manera que dejaban ver destellos de su pelo real por debajo. Con el paso de los años, los tocados de Warhol se volvieron cada vez más espectaculares, pasando del rubio oscuro al platino y, finalmente, al blanco plateado. Creados por el fabricante de pelucas neoyorquino Paul Bochicchio, Warhol utilizaba grandes cantidades de producto y pegamento para fijar las piezas a su cabeza. Sin embargo, esto no impidió que una mujer le arrebatara una peluca de la cabeza en una firma de libros en Nueva York en 1985, un acontecimiento que se dice que causó al artista un trauma considerable.