Palabra de moda

La era digital puede haber sido considerada por algunos como un golpe devastador para la interacción humana, pero los medios de comunicación social, paradójicamente, han resultado tener una poderosa influencia en las propias emociones humanas que en un tiempo se pensaba que la tecnología suprimía. En ninguna parte es esto más cierto que en las citas online, donde con sólo pulsar un botón la gente puede jugar instantáneamente con los sentimientos de los demás. Bajo el atractivo manto de la palabra «breadcrumbing», ésta es una de las últimas novedades de un catálogo cada vez más amplio de formas de dar una puñalada virtual al corazón de alguien.

Bajo el atractivo manto de la palabra «breadcrumbing», ésta es una de las últimas novedades de un catálogo cada vez más amplio de formas de dar una puñalada virtual al corazón de alguien.

El breadcrumbing es la actividad de enviar mensajes breves y esporádicos, bocados digitales como mensajes de texto cortos, publicaciones en Facebook o likes en Instagram, que indican que todavía te gusta alguien, cuando en realidad es poco probable que vuelvas a encontrarte con él, y mucho menos que persigas una relación completa con él. El problema para el agresor, también conocido como «breadcrumber», es que no se atreve a cortar el contacto con la otra persona por completo, o se resiste a arriesgarse con ella lanzando pequeñas «migajas» de interés para recordarle su existencia y mantener sus esperanzas. Los ejemplos clásicos de «breadcrumbing» incluyen alusiones vagas a eventos futuros – «Haremos eso en algún momento…»- y nunca seguir con un plan concreto, o ignorar los mensajes de alguien durante un largo periodo de tiempo y luego aparecer de repente sin ningún reconocimiento de ausencia. Aunque se asocia principalmente con las relaciones románticas, el breadcrumbing también se asocia a veces con la amistad, como esas falsas promesas de quedar que hacen las personas que no pueden soportar salir del radar de otra persona.

No hay duda de que Internet ha ampliado el conjunto de opciones para quienes buscamos un romance, y con ello, especialmente en los últimos doce meses, el glosario de términos para describir el rechazo. Otras expresiones que han saltado recientemente a la palestra son ghosting, en la que alguien aprovecha la capacidad de anonimato virtual y pone fin a una relación simplemente «desapareciendo», benching, en la que, mientras busca activamente algo mejor, alguien mantiene el contacto con una persona para tener «una reserva» en caso de necesidad (inspirada en los jugadores suplentes en los deportes que se colocan «en el banquillo» durante los partidos), y cushioning, en la que alguien que ya está en una relación mantiene el contacto con otros prospectos románticos, por si acaso, para que estén ahí como «cojines» a los que recurrir en caso de que su relación vaya mal.

Antecedentes – breadcrumbing

El uso de breadcrumbing en el contexto de las citas en línea llegó a la conciencia popular en el último año, pero en realidad no es la primera interpretación metafórica de la palabra en la era digital. A finales de los años noventa, el breadcrumbing comenzó a utilizarse como una forma de referirse a la ahora familiar representación que a veces se muestra al navegar por un sitio web, que muestra la ruta de las páginas web que una persona ha visitado (por ejemplo, casa >> tienda de regalos >> libros >> carrito de la compra). Tanto los usos anteriores como los posteriores se basan en la idea de «dejar un rastro», inspirándose en el clásico cuento de Hansel y Gretel, que dejaron un rastro de migas de pan para ayudarles a encontrar la salida del bosque.

Por Kerry Maxwell, autora de Brave New Words

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