Conozca al Dr. Cho

Mi conversión en cirujano plástico en Houston fue el resultado de un viaje lleno de elecciones desafiantes y agradables. Mi deseo inicial era perseguir la investigación científica original, que me llevó a Inglaterra, donde estaba haciendo el trabajo de posgrado en química biológica y terminando mi doctorado en la Universidad de Cambridge. Durante ese tiempo, solicité el ingreso en la facultad de medicina como complemento a la preparación de una carrera como científico investigador. Cuando me aceptaron en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, fui con la idea de seguir el campo de la medicina interna con una especialización en enfermedades infecciosas. Para mis rotaciones clínicas, decidí hacer primero las rotaciones quirúrgicas -para quitármelas de encima- con el fin de centrarme en las áreas que más me interesaban durante mi formación en la facultad de medicina. La cirugía plástica fue mi primera rotación, y simplemente me sorprendió lo que encontré. Vi cómo se realizaba la cirugía de reconstrucción del tejido mamario, el pezón y el tatuaje de las areolas (zona que rodea el pezón) en tres pacientes distintas en distintas fases de su reconstrucción mamaria. Ser testigo de estas cirugías me impactó profundamente, y me di cuenta de que un cirujano plástico podía marcar una verdadera diferencia en la vida de las personas. Ese fue el punto de inflexión.

Antes, durante y después de mis estudios y formación en cirugía plástica, mantuve un gran interés por realizar investigaciones científicas. Hice un estudio sobre la Resonancia Magnética funcional (FMRI), observando la actividad cerebral. En el ámbito de la cirugía plástica, no sabemos mucho sobre el cerebro y su funcionamiento tras una lesión grave de la mano o del nervio. Entonces escribí y recibí una subvención del NIH (Instituto Nacional de la Salud) para llevar a cabo una investigación con animales con el fin de explorar más a fondo esta cuestión. El trabajo fue bien y de este esfuerzo inicial surgió un amplio programa de investigación y varias subvenciones de los NIH. El Colegio Médico de Wisconsin me reclutó para seguir una carrera tanto en el trabajo clínico como en la investigación científica. Sin embargo, mi mujer, dermatóloga y dermatopatóloga, es de California y quería vivir en un clima más cálido. La oportunidad le abrió las puertas de su propia carrera médica en Houston y me sentí cómodo trasladándome para acomodar sus objetivos y propósitos profesionales, sabiendo que mi propia carrera evolucionaría.

Eso nos llevó a Houston para continuar nuestras respectivas carreras en medicina, y allí empecé a hacer mucha cirugía reconstructiva para pacientes con cáncer de piel y heridas graves. Con el tiempo, la parte estética de mi práctica también se ha desarrollado. Encuentro la felicidad siendo flexible sobre el curso que toman mi vida y mi carrera con el tiempo, los caminos que surgen a medida que uno explora y responde a las oportunidades. No me importa el cambio y disfruto con los retos.

La belleza es una noción relativa, en realidad. Lo que yo percibo como bello puede ser muy diferente del punto de vista de mi paciente. Mis pacientes vienen a hablar de sus preocupaciones y de sus propias ideas sobre en qué consiste la belleza… y eso es lo que importa. Mi objetivo es ayudarles a conseguir el aspecto que les haga más bellos a sus ojos. Así es como veo el éxito en mi trabajo. Objetivamente hablando, la proporción es importante en términos de lo que hace que una cara o un cuerpo sean atractivos. Hay un equilibrio armonioso en las diferentes partes del cuerpo y en los rasgos de la cara, y el efecto general del equilibrio es agradable a la vista. Por supuesto, incluso la proporción física es subjetiva por naturaleza, y ciertamente está influenciada por la cultura.