Blog de Psicología del Deporte

En los deportes, es bastante común que los atletas utilicen la ira como motivación, especialmente en deportes agresivos y físicos como el fútbol. La ira puede ser una emoción poderosa que puede impulsar a las personas a trabajar duro hacia sus objetivos. Los deportistas suelen sentirse más motivados cuando están enfadados por algo. La mayoría de las veces, los deportistas se enfadan después de perder o de que les falten al respeto/sean ignorados. Los atletas que odian perder, suelen utilizar su enfado para trabajar muy duro y asegurarse de tener más éxito en el futuro. Y como la naturaleza humana es desear el respeto y el estatus elevado, muchos atletas odian la sensación de que los demás les falten al respeto o los pasen por alto. Se toman estas cosas como algo personal y usan su ira como motivación para demostrar que sus escépticos y odiadores están equivocados.

Con mi experiencia ayudando a atletas y entrenadores, he aprendido las ventajas y desventajas de usar la ira como motivación.

La ventaja obvia de usar la ira como motivación es que puede ser muy fuerte. Puede ayudarte a mantener la disciplina y a superar la rutina. La ira también puede arder muy intensamente, ayudándote a dar una cantidad extrema de esfuerzo en los partidos. Sólo por estas razones, los atletas y los entrenadores suelen abrazar la ira. Conozco a entrenadores de fútbol que prefieren que su equipo se prepare y juegue enfadado. Creen que sin el impulso motivacional de la ira, sus jugadores pueden volverse complacientes y carecer del esfuerzo necesario para ganar. Para estos atletas y entrenadores, los beneficios motivacionales de la ira superan los efectos secundarios negativos que pueden derivarse de la ira.

Aunque es tentador abrazar ciegamente la ira y utilizarla para tener éxito, hay que ser consciente de los muchos efectos secundarios negativos de la ira. Si no la controlas, la ira puede llevarte fuera de los carriles y causar más daño que bien.

En primer lugar, usar la ira como motivación puede ser contraproducente a veces. Si estás demasiado enfadado durante mucho tiempo, puedes agotarte emocionalmente, desanimarte, sufrir agotamiento y perder toda tu motivación. Así que asegúrese de no exagerar nunca cuando se trata de utilizar la ira para motivarse.

En segundo lugar, la ira perjudica directamente su salud mental. No puedes estar enfadado y verdaderamente feliz al mismo tiempo. Si constantemente tienes un chip en el hombro, entonces puedes crecer hasta convertirte en una persona amargada, malhumorada, desagradecida y antipática. Esto puede afectar a tu salud mental. Como deportista, tienes que preguntarte si el éxito vale más que tu salud mental. En algún momento, no importa el éxito que tengas, si te sientes miserable, entonces no vale la pena. Cuando seas mayor, puede que te arrepientas de haberte enfadado tanto como atleta. Es posible que desees haber pasado tu juventud de forma más feliz.

De forma similar, la ira puede afectar negativamente a tu carácter. Sí, a veces la ira puede usarse para el bien, pero la mayoría de las veces, la ira sólo te hace peor persona. La ira puede hacerte antipático, resentido, envidioso y violento con los demás. En lugar de hacer amigos, puedes pasar toda tu carrera deportiva haciendo enemigos si dejas que tu ira te controle. Como atleta, tienes que preguntarte si hay algo más en la vida que el éxito deportivo. ¿Vale el éxito deportivo más que la moral, la ética, las virtudes y el carácter? En algún momento, no importa el éxito que tengas, si eres una persona terrible, entonces no vale la pena. Cuando seas mayor, puede que te arrepientas de haberte enfadado tanto como atleta. Puede que desees haber sido una mejor persona.

Tal vez estés tan obsesionado con el éxito atlético que realmente no te importa ser una persona mentalmente sana o moral. Incluso en este caso, debes ser cauteloso a la hora de utilizar la ira en exceso. Esto se debe a que la ira puede perjudicar tu rendimiento deportivo si no se controla. Por un lado, la ira es una emoción. Y cuando estás emocionado, no siempre puedes pensar racionalmente. Cuando un deportista juega enfadado, suele cometer errores estúpidos, como penaltis y pérdidas de balón. Además, como la ira suele estar alimentada por motivaciones extrínsecas, como la necesidad de ganar y demostrar tu valía, jugar enfadado puede hacer que un deportista se ponga nervioso y se ahogue en los partidos. Esto se debe a que los objetivos de ganar y demostrar que los demás se equivocan son inciertos. Esta incertidumbre puede crear un miedo al fracaso, que perjudica tu rendimiento bajo presión. Por lo tanto, aunque la ira te permita realizar un gran esfuerzo, los efectos secundarios negativos de la ira pueden superar sus beneficios.

Como puedes ver, existen tanto los pros como los contras de utilizar la ira como motivación. Este es mi consejo personal:

Creo que está bien utilizar la ira como motivación, pero hay que saber controlarla. Tu objetivo debe ser utilizar la ira de forma que mejore tu ética de trabajo y tu rendimiento, manteniendo al mismo tiempo tu salud mental y tu carácter. Para ello, tienes que utilizar la ira de forma adecuada. Por ejemplo, es mejor usar la ira durante el entrenamiento que en los partidos, donde hay más presión. Además, tienes que asegurarte de que tu ira no perjudica tu relación con los demás. Mi consejo es que sólo descargues tu rabia en los entrenamientos, nunca en las personas. Por último, tienes que ser consciente de cómo tu ira está afectando a tu salud mental. Si notas que tu ira te impide disfrutar realmente de la vida, entonces tienes que reducirla. Recuerda que no necesitas estar enfadado todo el tiempo para tener éxito. Tienes que saber que hay momentos para estar enfadado e insatisfecho, y hay momentos para estar feliz y agradecido en la vida.

Si pones en práctica estos consejos y aprendes a controlar tu ira, podrás tener éxito tanto en el deporte como en la vida

.

Leave a Reply