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En los primeros tiempos del antiguo Egipto, la gente enterraba a sus muertos en el desierto. Estas tumbas atraían a chacales, perros y otros caninos. No es de extrañar, pues, que los dioses egipcios de los muertos tuvieran aspecto de perro. Anubis era uno de estos dioses.

Al principio, Anubis estaba a cargo del inframundo. Más tarde, Osiris se hizo cargo de ese trabajo. Entonces Anubis se convirtió en el encargado de guiar a las almas al inframundo. Inventó el embalsamamiento. Anubis custodiaba las balanzas utilizadas para pesar las almas de los muertos.

Anubis tiene el aspecto de un perro negro y delgado o de un chacal. Tiene un hocico largo y orejas altas. Suele estar tumbado en un santuario con las patas hacia delante. A veces, se le muestra como un hombre con la cabeza y la cola de este perro. En las imágenes, suele cuidar de una momia o guiar a un espíritu al inframundo. A veces está pesando el corazón de los muertos para ver lo buena que es la persona.

Las historias sobre Anubis han cambiado a lo largo de los años. En algunas historias, era el hijo de Re, el dios del sol. En historias posteriores, era el hijo de Osiris. Fue criado por Isis. Cuando Osiris fue asesinado, Anubis embalsamó el cuerpo para protegerlo.

Anubis se convirtió en el patrón de los embalsamadores. La gente le rezaba en nombre de los muertos. Hacían ofrendas para que Anubis llevara a sus muertos. Los sacerdotes a veces llevaban máscaras de Anubis cuando preparaban las momias.