5 películas que celebran el sexo y la sensualidad

Este año ha estado lleno de momentos que han hecho historia, como los incendios forestales de Australia, las protestas por los derechos civiles, una pandemia mundial… e incluso la publicación por parte de la CIA de imágenes reales de ovnis. Sin embargo, lo más extraño es que tuvimos que dejar de tocarnos.

2020 se convirtió en el año en que se prohibió el contacto físico: los besos con lengua, los abrazos, las manos y el sexo quedaron fuera de la mesa (y de cualquier otra superficie donde puedan vivir los gérmenes). Las aplicaciones de citas aconsejaban a los usuarios que mantuvieran sus citas en formato digital, mientras que las relaciones enteras tenían lugar a través de FaceTime y Zoom. Mientras tanto, en Nueva Zelanda, las ventas de juguetes sexuales se triplicaron en las 48 horas anteriores a la imposición del confinamiento.

Sin embargo, algo que por fin está volviendo a la vida es la producción en los platós de cine, pero bajo unas normas de distanciamiento social muy necesarias, con «oficiales de cumplimiento de Covid» patrullando cada plató. Los cineastas tienen que reescribir y, a menudo, eliminar las escenas que implican intimidad para minimizar el riesgo para sus actores. Mientras el cine se debate en un periodo de puritanización, analizamos cinco películas que celebran la fisicalidad, desde Llámame por tu nombre (2017) hasta 9½ semanas de amor (1986).

1. Llámame por tu nombre (2017)
Luca Guadagnino demostró inequívocamente que es un maestro a la hora de plasmar la pasión en la pantalla con Un sueño de amor, de 2009. Con Call Me by Your Name, nos permite vivir la relación amorosa entre Elio (Timothée Chalamet), de 17 años, y Oliver (Armie Hammer), de 24, que florece en un caluroso verano en el norte de Italia.

Guadagnino no tenía interés en incluir escenas abiertamente explícitas y no lo necesitaba, ya que la conexión y la química entre los dos hombres arden en la pantalla con cada mirada, cada roce y cada beso robado. Especialmente memorable es una escena muy comentada que hace con los melocotones lo que American Pie (1999) hizo con los asados. En el Festival de Cine de Nueva York de octubre de 2017, la película recibió la ovación más larga de la historia del festival. Se supone que se está preparando una secuela.

2. 9 semanas y media de amor (1986)
La película de Adrian Lyne narra una relación amorosa de nueve semanas y media entre Elizabeth (Kim Basinger) y John (Mickey Rourke), ambientada en un arquetipo de Manhattan de los años 80. Ella trabaja en una galería de arte en el Soho, él trabaja en Wall Street. Se encuentran por casualidad en un supermercado chino, sus ojos conectan, él sonríe… boom, hemos llegado.

Lo que sigue es una relación amorosa dominante/subordinada que funciona como una forma de escapismo de la normalidad de sus vidas cotidianas. Predecesora de Cincuenta sombras de Grey (2015) -pero mucho, mucho mejor-, la evidente química entre Rourke y Basinger eleva la película, en algunos momentos, al softcore más esponjoso. Al igual que el melocotón de Call Me by Your Name, esta película ha subido la apuesta del humilde frigorífico, que ha pasado de ser un contenedor de productos perecederos a ser un receptáculo de infinitas posibilidades sexuales. Un clásico perfectamente maravilloso.

3. Joven y bella (2013)

La película de François Ozon sobre Isabelle (Marine Vacth), una chica de 17 años que decide convertirse en trabajadora sexual, se divide en cuatro capítulos, cada uno de ellos basado en una canción de Françoise Hardy. Conocemos a Isabelle siendo virgen, y luego la vemos trabajando como acompañante de lujo. Su camino hacia el trabajo sexual nunca se explica, excepto que se está rebelando potencialmente contra su rica familia.

Sus encuentros con sus clientes parecen distantes y sin alegría, hasta que conoce a Georges (Johan Leysen) y algo cambia dramáticamente. Una hermosa y conmovedora obra cinematográfica, fue merecidamente nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2013.

4. Blue Is The Warmest Colour (2013)
Basado en una historia de amor real, Adèle (Adèle Exarchopoulos) es una adolescente francesa corriente que vive su vida normal… hasta que conoce a Emma (Léa Seydoux). Durante algo más de tres horas, vemos a Adèle crecer mientras se lanza a una aventura amorosa que tiene una pequeña diferencia de edad pero una mayor división de clases.

Dirigida por Abdellatif Kechiche, la película es aclamada por la crítica y está envuelta en la polémica. Las actrices principales, Seydoux y Exarchopoulos, acusaron al director de prácticas de filmación explotadoras (aunque Seydoux aclaró más tarde: «Sigo estando muy contenta con esta película, fue difícil filmarla»), mientras que otros señalaron que la escena de sexo gráfico de siete minutos se rodó a través de la mirada masculina en lugar de retratar una representación genuina del sexo lésbico.

Cuando la película se proyectó en el Festival de Cannes, el jurado -que incluía a Steven Spielberg- dio el paso sin precedentes de conceder la Palma de Oro a partes iguales a las dos actrices y al director. Es una hermosa pieza de cine, perfectamente interpretada e inolvidable.

5. Y tu madre también (2001)
Antes de dirigir Gravity (2013) y Roma (2018), Alfonso Cuarón realizó esta película sobre dos amigos adolescentes, interpretados por Diego Luna y Gael García Bernal, que conocen a una sexy mujer mayor (Maribel Verdú) en una boda. Con la intención de impresionarla, la invitan a un viaje a una legendaria playa secreta llamada Boca del Cielo. Ella acepta inesperadamente, y los tres emprenden un viaje por carretera que pronto se convierte en un viaje sexualmente fluido de descubrimiento.

Mucho más que un jugueteo sexual adolescente, Cuarón organiza magistralmente una narrativa de múltiples capas con el telón de fondo de la política mexicana de los años 90 con verdadera profundidad y significado. Las escenas de sexo en las que participan los tres son apasionantes pero realistas, y la trama es tierna y emotiva. Una maravillosa obra temprana de un potente director.