Urticaria
La urticaria, también llamada urticaria, es una reacción cutánea de hipersensibilidad que se caracteriza por la aparición repentina de ronchas y placas muy pruriginosas, ligeramente elevadas, lisas y de punta plana, que suelen ser más rojas o pálidas que la piel circundante. En la forma aguda, las lesiones cutáneas suelen remitir en un plazo de 6 a 24 horas, pero pueden aparecer y desaparecer y persistir mucho más tiempo en la forma crónica.
Varias causas específicas de urticaria, así como formas variantes de sus lesiones cutáneas típicas, se denotan calificando el término urticaria con una palabra descriptiva. Los ejemplos incluyen la urticaria bullosa, un tipo raro de reacción alérgica caracterizada por la aparición de bullas o vesículas (ampollas grandes o pequeñas); la urticaria solar, producida por la exposición a la luz solar; y la urticaria subcutánea, causada por la inflamación de los tejidos subyacentes a la piel.
La alergia a un alimento específico es probablemente la causa más frecuente de la urticaria aguda; el pescado, los huevos, las bayas y las nueces encabezan la lista de infractores comunes. La urticaria también puede ser desencadenada por fármacos, especialmente la penicilina, por productos biológicos que contienen proteínas, y por agentes inhalatorios (por ejemplo, pólenes, insecticidas, polvo, plumas). Con menor frecuencia, los agentes físicos, como el frío, el calor, las picaduras de insectos y las lesiones mecánicas, así como las enfermedades parasitarias y otras enfermedades infecciosas, pueden ser desencadenantes. Se cree que las tensiones emocionales y mentales son causas importantes y coadyuvantes de la urticaria crónica.
El mecanismo por el que los factores psicógenos dan lugar a la urticaria crónica no está claro, pero se ha aclarado la secuencia general de acontecimientos biológicos que desencadenan la urticaria aguda. Los mastocitos que recubren los vasos sanguíneos contienen histamina, que se libera tras el contacto de los mastocitos con la sustancia irritante. A su vez, la histamina aumenta la permeabilidad de los capilares, de modo que el plasma se escapa a los espacios entre las células de la piel, dando lugar a las hinchazones que constituyen los habones y las placas. También se cree que el picor es causado por la histamina.
La urticaria parece mostrar una incidencia familiar y es más común en personas con antecedentes de reacciones alérgicas. El tratamiento implica la identificación y posterior evitación del alérgeno; la administración de epinefrina y antihistamínicos puede ayudar a controlar los síntomas cutáneos agudos.
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