Una famosa errata Hulk gris – ¡Hulk verde!
Stan Lee, el hombre que creó el Increíble Hulk, imaginó originalmente un Hulk de piel gris. Inspirado en la encarnación de Boris Karloff del monstruo atormentado de Frankenstein, en el Dr. Jekyll y el Sr. Hyde de Robert Louis Stevenson y en el golem de la mitología judía, el personaje pretendía replicar el éxito de la Cosa anaranjada favorita de los fans de los Cuatro Fantásticos. Como en el caso de la Cosa, el color de su piel y su grotesca estatura debían ser sus únicos rasgos definitorios, ya que Hulk también tendría que prescindir de cualquier traje de spandex o capa. Stan Lee eligió el gris para Hulk porque no quería invocar ninguna asociación con un grupo étnico en particular y porque quería un color que pareciera «aterrador y escalofriante». © Grand Comics Database™ (CC BY-SA 4.0) En la primera edición del cómic de Hulk, sin embargo, el color que Lee había querido resultó ser una mezcla de varios tonos grises e incluso ligeramente verdosos. En algunas páginas, Hulk aparecía radiante con una tez brillante y casi metálica, mientras que en otras su piel era de un gris carbón mucho más oscuro. Los colores utilizados en el cómic real simplemente no se correspondían con las copias originales suministradas por el colorista Stan Goldberg. El error de impresión puede explicarse: si en la impresión CMYK se desea el color gris pero en su lugar se produce el verde, lo más probable es que se deba a que la densidad de la prensa es demasiado ligera en magenta o demasiado pesada en una combinación de cian y amarillo. Cuando Lee vio la primera edición publicada en la que la piel de Hulk tenía a veces un brillo verdoso, pidió a su colorista Stan Goldberg que hiciera a Hulk verde para la segunda edición. Y así quedaron las cosas: en la mayoría de las reimpresiones, el Hulk de la primera edición fue retocado para hacerlo verde, y el «Jolly Green Giant» se convertiría en una de las estrellas más populares y complejas del Universo Marvel. Dado que la piel verde de Hulk se ha convertido en algo tan fundamental para el personaje, el error de imprenta resultó ser una serendipia: se calcula que este antihéroe verde ha generado más de mil millones de dólares en derechos de licencia del personaje desde su debut gris.
- © Grand Comics Database™ (CC BY-SA 4.0)
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Carátula de la edición alemana Hulk Nº 1 con Hulk ya coloreado de verde - © Grand Comics Database™ (CC BY-SA 4.0)
Tapa estadounidense Hulk Nr.2 – Hulk es su Forma ahora verde - © Grand Comics Database™ (CC BY-SA 4.0)
La Portada de Hulk Nr. 372 ilustraba la lucha de sus diferentes personalidades
El error de impresión no sólo cambió el color de Hulk, sino también la forma en que la historia evolucionaba en el cómic, una modificación que tendría un impacto en las futuras encarnaciones de Hulk. La necesidad de explicar el cambio de color abrió la puerta a una de las características que definen a Hulk: cada una de sus diversas manifestaciones expresa un aspecto de la psique de Banner, determinando las complejas transformaciones del tímido científico en las diferentes personalidades de Hulk. Incluso las propiedades de su piel indestructible se convirtieron en objeto de historias posteriores. El Hulk gris siguió siendo durante mucho tiempo un motivo subliminal entre los fans de Marvel, y en 1986, el alter ego de Bruce Banner se manifestó de forma inesperada como «Joe Fixit», un Hulk gris y sospechoso que trabajaba como portero en Las Vegas. Ésta era sólo una de las varias personalidades grises de Hulk, y sólo la psicoterapia permitió a Banner y a su alter ego controlar el trastorno de identidad disociativo que le había causado un trauma infantil.
Canal de Youtube de Matt Draper
Dentro de la ontología esquizofrénica de Hulk (y de Marvel Comics como tal), los lectores atentos pueden encontrar así un complejo análisis de rasgos muy humanos. Donde otros personajes de Marvel luchan contra el dolor, la pérdida, el alcoholismo, el trauma o su identidad, este incontrolable superhéroe ha llegado a simbolizar la rabia interior, la angustia latente, el estrés y la tensión psicológica no resuelta. Y cuando el Hulk del Universo Cinematográfico Marvel declara antes de su transformación más espectacular en la batalla por Nueva York: «Ese es mi secreto: siempre estoy enfadado», queda claro que sólo su intelecto, y una pequeña porción de amor, mantienen a raya al monstruo que lleva dentro. Se trata de una constatación importante para cualquier espectador confundido por su propia ira y sus emociones irracionales. Tal vez todos seamos «a veces grises, a veces verdes, a veces tontos, a veces agudos», y tal vez en esta percepción autorreflexiva resida nuestro secreto.
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