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El Génesis 3 contiene 24 versículos que describen la caída del hombre y su exilio del Jardín del Edén.

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La serpiente engaña a Eva

El Génesis 3:1 dice que la serpiente era la más astuta entre todos los animales que Dios había creado. Sabía que el Señor le había ordenado a Adán que comiera fruta de todos los árboles del jardín, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Entonces, la serpiente decidió tentar a la mujer de Adán. La mujer alegó que Dios le había prohibido comer del árbol para no morir. La serpiente, sin embargo, rebatió su creencia y le dijo que el fruto no la mataría, sino que le daría un conocimiento igual al de Dios. La mujer comió el fruto y, después, convenció a Adán para que lo hiciera también.

El hombre se esconde de Dios

Inmediatamente después de que Adán comiera el fruto prohibido, se dieron cuenta de que estaban desnudos y cosieron hojas para cubrir sus cuerpos. Más tarde, cuando oyeron a Dios caminando por el jardín, se escondieron de él entre los arbustos. Cuando Dios los llamó, preguntándoles dónde estaban, Adán respondió que se escondían a causa de su desnudez. Cuando Él les preguntó cómo habían llegado a saber que estaban desnudos, le contaron al Señor cómo la mujer había sido engañada por la serpiente, y Adán por la mujer.

Consecuencias

Debido a su engaño, el Señor maldijo a la serpiente y le dijo que crearía enemistad entre ella y la mujer. Dijo que el hombre aplastaría la cabeza de la serpiente como la serpiente golpearía el talón del hombre. Dios le dijo a la mujer que sufriría un parto doloroso y que su marido la gobernaría. A Adán le dijo que trabajaría para sobrevivir todos los días de su vida. Finalmente, Dios les dijo que, como venían del polvo, volverían al polvo después de la muerte.

Después

Adán llamó a la mujer Eva, porque era la madre de toda la humanidad. El Señor sabía que el hombre era ahora capaz de diferenciar entre el bien y el mal y por ello decidió desterrarlos del Edén. Colocó una espada flamígera en la entrada para impedir que el hombre volviera a entrar en el Jardín.

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Capítulo 3 del Génesis (versión King James)

1 Ahora bien, la serpiente era más astuta que cualquier bestia del campo que Jehová Dios había hecho. Y dijo a la mujer: «Sí, ¿ha dicho Dios que no comáis de todos los árboles del jardín?
2 Y la mujer dijo a la serpiente: Podemos comer del fruto de los árboles del jardín:
3 Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín ha dicho Dios: No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis.
4 Y la serpiente dijo a la mujer: No moriréis ciertamente:
5 Porque Dios sabe que el día que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como dioses, conociendo el bien y el mal.
6 Y cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y un árbol codiciable para alcanzar la sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido con ella; y él comió.
7 Y se les abrieron los ojos a ambos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales.
8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba por el jardín en el fresco del día; y Adán y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del jardín.
9 Y Jehová Dios llamó a Adán, y le dijo: ¿Dónde estás?
10 Y él respondió: Oí tu voz en el jardín, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.
11 Y él dijo: ¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras?
12 Y el hombre dijo: La mujer que me diste para estar conmigo, me dio del árbol, y comí.
13 Y Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y la mujer dijo: La serpiente me engañó, y comí.
14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto has hecho esto, maldita serás sobre todo el ganado y sobre toda bestia del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida:
15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón.
16 A la mujer le dijo: Multiplicaré en gran manera tu dolor y tu concepción; con dolor darás a luz hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
17 Y a Adán le dijo: Por haber escuchado la voz de tu mujer, y haber comido del árbol del cual te mandé decir: No comerás de él: Maldita sea la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida;
18 también te producirá espinas y cardos, y comerás la hierba del campo;
19 con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; porque polvo eres, y al polvo volverás.
20 Y Adán llamó a su mujer Eva, porque era la madre de todos los vivientes.
21 También a Adán y a su mujer les hizo Jehová Dios túnicas de pieles, y los vistió.
22 Y dijo Jehová Dios: He aquí que el hombre se ha hecho como uno de nosotros, para conocer el bien y el mal; y ahora, para que no extienda su mano y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre:
23 Por tanto, Jehová Dios lo envió fuera del jardín del Edén, para que labrara la tierra de donde había sido tomado.
24 Y expulsó al hombre; y puso al oriente del jardín del Edén querubines, y una espada flamígera que se volvía hacia todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

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