¿Qué hace que el perro empiece a beber mucha agua?
Los propietarios pueden darse cuenta de que su perro ha empezado a beber mucha agua de repente. El término médico para esta condición es polidipsia. La sed excesiva en los perros puede ser la pista de muchos trastornos, algunos sólo transitorios, otros de naturaleza más grave y crónica.
Alimentación seca
Un cambio de alimentación puede alterar el patrón de bebida del perro. La comida húmeda contiene mucha humedad, por lo que los perros no necesitan beber mucho. Un cambio de alimentación húmeda a seca requiere la absorción de mucha más agua del intestino. Esto se debe a que la humedad se extrae durante el proceso de cocción para garantizar una larga vida útil.
Alimentos salados
Algunos alimentos contienen mucha más sal que otros y estimulan una mayor sed. La sal altera el equilibrio de los líquidos en el cuerpo. Esto actúa como una especie de vacío.
Si el contenido de sal del líquido que rodea a las células es mayor que el del interior de las mismas, se extrae más líquido de las células, lo que da lugar a una condición llamada hipernatremia. El cerebro envía entonces un aviso de disminución de líquidos corporales y es esto lo que desencadena la respuesta de sed.
Diarrea
La diarrea tiene un alto contenido de agua, por lo que un ataque temporal de diarrea se asociará con un aumento de la ingesta de agua.
Las dos causas más frecuentes de la diarrea son una dieta mal equilibrada y los gusanos. Es un error mantener el tipo de alimentación de pan y leche cuando los cachorros han sido destetados.
Cambiar la dieta demasiado rápido puede causar un shock en el tracto digestivo o irritar el revestimiento del estómago y provocar diarrea. Las dietas altas en grasas también tendrán un efecto similar.
Infecciones
Una infección también puede desencadenar un consumo excesivo de agua. El primer signo de una infección bacteriana, vírica o fúngica suele ser la fiebre o el aumento de la temperatura corporal. Esto hace que el corazón trabaje más y que el exceso de calor se pierda en forma de sudor a través de las patas y la nariz. Debido a esta pérdida extra de humedad del cuerpo, el perro buscará instintivamente beber más agua en un intento de reemplazar los fluidos perdidos.
Un simple curso de antibióticos para tratar la infección también detendrá el exceso de bebida. A medida que se trata la infección, la temperatura corporal bajará y el perro ya no perderá el contenido de agua del cuerpo a través de la sudoración.
Medicamentos
Algunos medicamentos hacen que el perro beba más de lo habitual. Los corticoesteroides, utilizados para tratar las enfermedades de la piel o la artritis, tienen un efecto marcado cuando se administran en dosis bastante altas al comienzo del tratamiento.
Hay otros medicamentos que hacen que el perro aumente su consumo de agua. Los medicamentos para la insuficiencia cardíaca, las convulsiones y las alergias tienen este mismo efecto secundario. Un veterinario siempre aconsejará que se disponga de agua adicional durante el curso del tratamiento.
Garganta inflamada
Los perros con la garganta inflamada o con amigdalitis lamerán pequeñas cantidades de agua con frecuencia mientras rechazan la comida sólida.
El agua es más fácil y menos dolorosa de tragar y la temperatura fresca les ayudará a calmarse. Lo mismo ocurre si la inflamación es en el estómago. El agua fría ayuda a aliviar algunas de las molestias.
Estreñimiento
Los perros con estreñimiento de larga duración parecen sólo interesados en beber cantidades copiosas de agua. Los perros son criaturas inteligentes y si les cuesta defecar, instintivamente beberán más agua.
Diabetes
La diabetes es un trastorno del metabolismo de los carbohidratos del perro causado por una deficiencia de la hormona insulina.
La insulina es secretada por células especializadas del páncreas. La función de la insulina en el organismo es convertir el exceso de glucosa en hidratos de carbono que se almacenan en el hígado para las futuras necesidades del animal.
En un perro o gato diabético, las necesidades energéticas diarias deben obtenerse de la ingesta inmediata de azúcares. Cualquier necesidad de energía que no pueda satisfacerse a partir del suministro diario de alimentos debe suministrarse mediante la descomposición de las grasas.
Este proceso no es tan eficiente como la descomposición normal de los hidratos de carbono almacenados y, a lo largo de un tiempo prolongado, el perro no sólo pierde peso a pesar de un mayor apetito, sino que los productos de desecho de la descomposición de las grasas pueden causar ciertos efectos tóxicos en el organismo del animal.
La glucosa libre es excretada por las células renales del perro y esto requiere cantidades mucho mayores de agua.
Enfermedad renal
La nefritis es una enfermedad de las células del riñón que eventualmente conduce a un deterioro de su función.
Las células renales eliminan los productos de desecho del metabolismo y los excretan a través de la orina. Cualquier deterioro de su función suele detectarse por la presencia de proteínas en la orina.
A medida que se ven afectadas más células renales, el perro compensa esta falta de eficacia bebiendo más agua para eliminar las impurezas con un mayor flujo de líquido. Con el tiempo, un animal con nefritis perderá peso, pero a diferencia del animal diabético, cuyo apetito es excesivo, gradualmente demanda cada vez menos comida.
Es importante buscar el consejo del veterinario cuando hay un aumento notable de la ingesta de agua durante un período prolongado. Tanto la nefritis como la diabetes pueden controlarse si se inicia el tratamiento y los cambios dietéticos antes de que el proceso de la enfermedad haya progresado demasiado.
Enfermedad de Cushing
La enfermedad de Cushing es una afección causada por la hiperactividad de las glándulas suprarrenales.
Suele deberse a un tumor en la propia glándula o a un tumor cerebral que envía demasiadas señales y hace que la glándula suprarrenal produzca mucho más de lo normal. Ciertos medicamentos con esteroides pueden causar la enfermedad de Cushing si el perro toma los esteroides a largo plazo.
Las glándulas suprarrenales producen cortisol, que es una hormona necesaria para que se produzcan varias funciones corporales. Un aumento por encima del nivel normal causa varios síntomas, incluyendo el aumento de la micción y la sed excesiva.
Hay otras razones por las que un perro puede experimentar un aumento del calor corporal. Esto es común en lugares con meses de verano calurosos o si el perro ha hecho más ejercicio de lo normal. En este caso, beber en exceso no es preocupante y es simplemente la respuesta natural del perro para refrescarse.
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