OIT
Los servicios públicos (agua, electricidad y gas) son servicios esenciales que desempeñan un papel fundamental en el desarrollo económico y social. Los servicios públicos de calidad son un requisito previo para la erradicación efectiva de la pobreza. Los gobiernos son, en última instancia, los responsables de garantizar un acceso universal y fiable a los servicios bajo marcos reguladores responsables. El aumento de la competencia en el sector de los servicios públicos en los últimos años ha conllevado cambios en los marcos reguladores y en las estructuras de propiedad de las empresas, además de la diversificación del negocio. Esto ha afectado a la seguridad del empleo y a las condiciones de trabajo en el sector. La dotación de personal adecuada y la formación en el uso de las nuevas tecnologías son importantes para garantizar la eficiencia y la seguridad en el lugar de trabajo.
El diálogo social desempeña un papel importante en el desarrollo de estrategias conjuntas de los interlocutores sociales para mejorar los servicios públicos, con el objetivo común de ampliar el acceso a los servicios a todas las comunidades, mejorar la eficiencia de la prestación y revisar las tarifas y otras fuentes de recaudación de ingresos. Una de las cuestiones clave en el sector de los servicios públicos es la necesidad de respetar los convenios internacionales que protegen la libertad de asociación y la negociación colectiva y de evitar, en la medida de lo posible, las interrupciones en la prestación de los servicios públicos.
La edad media de los trabajadores del sector está aumentando en varios países y existe un grave desequilibrio de género en algunas ocupaciones, lo que supone un reto para la planificación de los recursos humanos por parte de los empresarios. Hacer que el empleo en el sector sea accesible y atractivo para los jóvenes de ambos sexos puede ser un medio de abordar los retos de contratación para sustituir a una mano de obra que envejece. Además, el establecimiento de programas de formación nacionales o específicos del sector, y la inversión en los trabajadores a través de aprendizajes y mecanismos de aprendizaje permanente pueden ser fundamentales para satisfacer las demandas de las cambiantes necesidades de cualificación de la industria.
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