Meditación de oración para el Viernes Santo

Mi Glorioso y Sufriente Señor, es Tu Hora. Es la Hora por la que venciste el pecado y la muerte. Es la Hora por la que viniste a este mundo, encarnándote para ofrecer Tu preciosa vida por la salvación del mundo.

Que pueda estar contigo, querido Señor, en estos momentos de sufrimiento y muerte. Que yo, como Tu Madre, Juan y María Magdalena, esté al pie de la Cruz, contemplando el don perfecto del Amor.

Señor mío que sufres, que yo vea en Tu Cruz el acto más perfecto jamás conocido en este mundo. Que vea el Amor en su forma más pura. Que mis ojos y mi alma miren más allá de la sangre y el dolor y vean Tu Divino Corazón, derramando Misericordia sobre mí y sobre el mundo entero.

Hoy me arrodillo en silenciosa adoración a Ti, mi Dios. Me siento en silencio, contemplando el gran misterio de nuestra fe. Contemplo a Dios, golpeado, magullado, burlado, torturado y asesinado. Pero en este acto, veo toda la gracia y la Misericordia fluyendo de Tu Corazón herido. Baña el mundo con Tu Misericordia, querido Señor. Cúbrenos con Tu gracia y llévanos a una nueva vida a través de Tu muerte. Te amo, querido Señor. Te amo con todo mi corazón. Jesús, confío en Ti.

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40 días al pie de la cruz

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