Lipasa gástrica

La lipasa gástrica es una lipasa ácida secretada por las células principales gástricas en la mucosa fúndica del estómago. Tiene un pH óptimo de 3-6. La lipasa gástrica, junto con la lipasa lingual, constituyen las dos lipasas ácidas. Estas lipasas, a diferencia de las lipasas alcalinas (como la lipasa pancreática), no necesitan ácido biliar ni colipasa para tener una actividad enzimática óptima. Las lipasas ácidas representan el 30% de la hidrólisis de lípidos que se produce durante la digestión en el adulto humano, siendo la lipasa gástrica la que más contribuye de las dos lipasas ácidas. En los neonatos, las lipasas ácidas son mucho más importantes, aportando hasta el 50% de la actividad lipolítica total.

La lipasa gástrica hidroliza los enlaces éster de los triglicéridos en el estómago. De esta reacción se producen ácidos grasos y diacilgliceroles. Los ácidos grasos libres de cadena larga tienen la capacidad de impedir que la lipasa gástrica hidrolice más triglicéridos. En este caso, el ácido gástrico será responsable de menos del 30% de la hidrólisis de los lípidos. Estas enzimas se encuentran en el citoplasma y las membranas celulares de las células gástricas. La lipasa gástrica no es la principal lipasa necesaria para la mayor parte de la hidrólisis de los triglicéridos. Fuera del estómago, la lipasa gástrica puede hidrolizar el triacilglicerol en el duodeno con la ayuda de otras lipasas y la secreción de bilis. Es una enzima esencial para hidrolizar las membranas de los glóbulos de grasa de la leche. Para un recién nacido con un páncreas poco desarrollado, la LIPF desempeña un papel más importante en la digestión de los lípidos en comparación con un adulto con un páncreas totalmente funcional. Normalmente se produce un aumento de la producción de LIPF cuando el páncreas no puede funcionar a su máximo potencial. Los niveles bajos de LIPF suelen observarse en los tumores de los pacientes con cáncer gástrico.

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