Jornada Internacional de Investigación Colaborativa en Medicina Interna y Salud Pública
Introducción: Una anomalía congénita que afecta al pene masculino es un incidente extremadamente raro, especialmente cuando se presenta como un caso de pene supernumerario (difalia) sin otras anomalías que afecten a los demás sistemas u órganos, como en nuestro caso. (Se han descrito aproximadamente 100 casos desde el primer informe de Wecker en 1609. A grandes rasgos, existen tres tipos de difalo, a saber, difalo verdadero con dos penes independientes, falo bífido que puede ser glandular o completo y pseudodifalo que tiene un falo rudimentario además del pene normal. Se han descrito numerosas anomalías genitourinarias y gastrointestinales asociadas al difalo). KK Sharma1 Revisando la literatura médica, casi todos los casos de difalia descritos estaban acompañados de al menos otra anomalía congénita, como otra urogenital, un ano imperforado, deformidades vertebrales o una anomalía gastrointestinal1, 2, 3, 4
Método: Un hombre de 19 años se presentó en nuestra clínica quirúrgica en mayo de 1979, quejándose de goteo de orina de un pequeño brote en la superficie ventral de su eje peneano medio. El problema, que tenía desde su nacimiento, resultó ser un pequeño pene supernumerario, originado en la superficie ventral del eje principal del pene. En el examen, el pequeño brote en la superficie ventral del eje del pene se vio como un pequeño pene de 1,5 cm de longitud. Consistía en un pequeño glande de unos 5 mm de longitud y diámetro con una abertura uretral externa y un pequeño eje de unos 10 mm de longitud con un prepucio retraído.
Resultado: Se realizó la extirpación quirúrgica reconstructiva del pene supernumerario. El curso postoperatorio no tuvo complicaciones y el paciente fue dado de alta al día siguiente. Los puntos de sutura se retiraron el séptimo día del postoperatorio. El aspecto bruto de la muestra quirúrgica era claramente un pene pequeño de 1,5 cm de longitud. No se realizó ningún estudio histopatológico de la muestra quirúrgica en ese momento, pero la muestra se conservó y guardó y todavía está disponible para su inspección.
Conclusión: Una afección tan rara debe ser manejada por un cirujano experto en el campo urogenital. Debe tenerse en cuenta que las anomalías más urgentes y las que puedan poner en peligro la vida, si están presentes, deben tratarse primero. El tipo de anomalía determinará el tratamiento quirúrgico necesario.
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