Infecciones de la mano
Pocas estructuras del cuerpo son tan complejas o únicas como la mano humana, con las funciones de sensibilidad, movilidad y fuerza en una pequeña zona. La mano consta de múltiples compartimentos y planos, cuyo conocimiento permite comprender la fisiopatología, el diagnóstico y el tratamiento de las infecciones de la mano.
Paroniquia
La infección de la zona del pliegue ungueal lateral (paroniquio) suele deberse a un traumatismo superficial (p. ej., padrastros, morderse las uñas, hacerse la manicura, chuparse los dedos). Las uñas artificiales también se han asociado a la paroniquia aguda. Aunque la paroniquia suele comenzar como una celulitis, su progresión hacia la formación de un absceso no es infrecuente. La infección que se extiende al borde proximal de la uña se denomina eponiquia. En ocasiones, la infección puede extenderse por debajo de la propia placa ungueal, dando lugar a un absceso subungueal.
La paroniquia crónica se asemeja a la paroniquia aguda pero no suele ser supurativa. Las personas en riesgo son las que se exponen repetidamente al agua y/o a los irritantes, así como las que están inmunodeprimidas. El cáncer metastásico, el melanoma subungueal y el cáncer de células escamosas pueden presentarse raramente como paroniquia crónica.
Felon
La falange palmar distal está compartimentada por septos fibrosos orientados tangencialmente. Estos septos dan lugar a un compartimento cerrado en la falange distal, que ayuda a prevenir la propagación proximal de la infección. La infección suele deberse a la inoculación directa de bacterias por un traumatismo penetrante, pero puede ser causada por la propagación hematógena y por la propagación local de una paroniquia no tratada.
La infección provoca un edema y un aumento de la presión dentro del compartimento cerrado. Esto, a su vez, puede afectar al flujo de salida venoso y provocar un síndrome compartimental local y una mionecrosis. La invasión del hueso conduce a la osteomielitis.
Blanco herpético
La infección por el virus del herpes simple (VHS) en el dedo distal suele producirse por la inoculación directa del virus en la piel rota. Las infecciones por VHS de tipo 1 y 2 son clínicamente indistinguibles. Al igual que en las infecciones por herpes en otras partes del cuerpo, se cree que el virus puede permanecer latente en los ganglios neurales, lo que provoca infecciones recurrentes. Véase la imagen siguiente.
Tenosinovitis infecciosa
Las vainas de los tendones constan de una capa visceral adherida al tendón y una capa parietal. En particular, la vaina del tendón flexor del pulgar es continua con las bursas radiales, mientras que la vaina del tendón flexor del quinto dedo es continua con las bursas cubitales. En el 80% de los individuos, existe comunicación entre las bursas radial y cubital. Las cubiertas tenosinoviales del segundo, tercer y cuarto dígito no se comunican ni con las bursas radiales ni con las cubitales en la mayoría de los individuos.
La infección dentro de una vaina del tendón flexor, al igual que en otras infecciones de la mano, suele ser el resultado de la inoculación directa de bacterias a partir de un traumatismo penetrante.
Una causa común de traumatismo penetrante se produce cuando una persona golpea a otra en la boca, lo que da lugar a un mordisco de pelea. Un diente puede penetrar la cápsula de la articulación metacarpofalángica (MCP) o un tendón extensor. Como la lesión se produce mientras la articulación está en flexión, las lesiones más profundas del tendón extensor o de la cápsula articular MCP o del hueso pueden pasar desapercibidas fácilmente cuando se examina la mano en extensión. Para más información, véase Mordeduras, humanas.
La infección también puede producirse por diseminación hematógena, siendo la Neisseria gonorrhoeae el agente agresor en muchos casos.
La tenosinovitis flexora piógena, una infección del tendón flexor, es más común en los dedos índice, medio y anular y puede formarse tan pronto como 6 horas después de la penetración inicial.
La infección suele seguir el curso de la vaina del tendón, lo que da lugar a la propagación de la infección a la bursa radial o cubital, dependiendo de la vaina del tendón primaria afectada. La presión elevada dentro de la vaina del tendón debido a la infección puede perjudicar el flujo de nutrientes al tendón. La necrosis del tendón, el deterioro de la función, o ambos, son secuelas desastrosas de la presión elevada de la vaina del tendón no tratada.
Infección del espacio fascial profundo
Los espacios fasciales profundos de la mano son espacios potenciales y consisten en el espacio subaponeurótico dorsal, el espacio web subfascial, el espacio medio palmar y el espacio thenar. El espacio subaponeurótico dorsal se encuentra en la parte volar (o profunda) de los tendones extensores de la mano. El espacio subfascial de la cintilla es contiguo al espacio subcutáneo dorsal de los dedos. El espacio medio palmar está delimitado por los músculos interóseos palmares en sentido dorsal y por los tendones flexores del tercer, cuarto y quinto dedo en sentido ventral. Por último, el espacio thenar se extiende desde el hueso metacarpiano largo hasta la eminencia thenar y consiste en la zona comprendida entre el músculo aductor pollicis en sentido dorsal y el tendón flexor del segundo dedo en sentido ventral.
Estos compartimentos son susceptibles de infectarse por un traumatismo penetrante directo, por la propagación desde un compartimento vecino o por una siembra hematógena. Debido a la ubicación dorsal de los linfáticos, el eritema y la inflamación suelen aparecer sobre el dorso de la mano, incluso cuando la lesión es de origen palmar.
Para más información sobre la anatomía de la mano, véase Hand, Anatomy.
Leave a Reply