Heterosporía

La heterosporía se desarrolló debido a las presiones de selección natural que fomentan el aumento del tamaño de los propágulos. Se cree que la heterosporía ha evolucionado a partir de las plantas homospóricas (esporas del mismo tamaño). Las plantas heterospóricas, similares a las anisospóricas, producen dos esporas de distinto tamaño en esporangios separados que se convierten en gametofitos masculinos y femeninos separados. Se propone que la aparición de las plantas heterospóricas comenzó con la separación de los esporangios, lo que permitió el desarrollo de dos tipos de esporas diferentes: numerosas esporas pequeñas que se dispersan fácilmente, y menos esporas de mayor tamaño que contienen los recursos adecuados para mantener la plántula en desarrollo. Durante el Devónico había muchas especies que utilizaban el crecimiento vertical para captar más luz solar. Se cree que la heterosporía y los esporangios separados evolucionaron en respuesta a la competencia por la luz. La selección disruptiva dentro de las especies dio lugar a la existencia de dos sexos separados de gametos o incluso de toda la planta. Esto puede haber conducido en primer lugar a un aumento del tamaño de las esporas y, en última instancia, a que las especies produzcan megasporas más grandes y microsporas más pequeñas.

La heterosporía es ventajosa en el sentido de que tener dos tipos diferentes de esporas aumenta la probabilidad de que las plantas produzcan descendencia con éxito. Las esporas heterosporas pueden responder de forma independiente a la selección de las condiciones ecológicas para reforzar la función reproductiva masculina y femenina. La heterosporía evolucionó a partir de la homosporía muchas veces, pero las especies en las que apareció por primera vez se han extinguido. Se cree que la heterosporía surgió en el Devónico, sobre todo en lugares húmedos, según los registros fósiles. Además de ser un resultado de la competencia por la luz, se cree que la heterosporía tuvo más éxito en zonas más húmedas porque la megaspora podía moverse más fácilmente en un entorno acuático, mientras que las microsporas se dispersaban más fácilmente por el viento. Se han observado esporas de distinto tamaño en muchas especies de plantas fosilizadas. Por ejemplo, la especie Lepidophloios, también conocida como el árbol de la escama, se ha demostrado en los fósiles que era heterospora; el árbol de la escama tenía conos separados que contenían esporas masculinas o femeninas en la misma planta. Las plantas heterosporas modernas, como muchos helechos, presentan endosporia, en la que un megagametofito es fecundado por un microgametofito mientras está dentro de la pared de la espora, obteniendo nutrientes del interior de la misma. Tanto la heterosporía como la endosporía parecen ser uno de los muchos precursores de las plantas con semillas y del ovario. Las plantas heterospóricas que producen semillas son sus descendientes más exitosos y extendidos. Las plantas con semillas constituyen la mayor subsección de las plantas heterospóricas.

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