Gerald Wallace, estrella retirada de la NBA, no echa de menos jugar al baloncesto
Para los aficionados al deporte, la idea de ser un atleta profesional es un trabajo de ensueño. Pero para los jugadores, es sólo un trabajo. El ex jugador de la NBA Gerald Wallace es un buen ejemplo de ello. Recientemente admitió que ya no ve muchos partidos de baloncesto y que su atención se ha centrado en un interés más familiar.
La carrera de Gerald Wallace en la NBA
Según todos los parámetros, Gerald Wallace tuvo una carrera de baloncesto muy exitosa. Tuvo que esperar su tiempo antes de despegar. Wallace fue elegido en el puesto 25 por los Sacramento Kings en 2001, pero apenas jugó con el equipo en sus tres años en la plantilla. Aun así, hizo lo suficiente para demostrar a la liga que tenía un atletismo extraordinario. Quedó segundo en el Concurso de Mates de 2002, por detrás de Jason Richardson.
Wallace fue seleccionado por los Charlotte Bobcats en el Draft de Expansión de 2004, y pasó a convertirse en una de sus mayores estrellas de la historia reciente. Se convirtió en titular nada más llegar al equipo, y sería titular en sus siete años con la franquicia. También fue el único Bobcat en ser nombrado como All-Star antes de que cambiaran el nombre de nuevo a los Hornets.
Su impacto en los partidos rara vez se mostraba en el marcador. Wallace promedió 11 puntos, seis rebotes y dos asistencias en su carrera. Wallace se abrió camino combinando sus considerables saltos con una inquebrantable ética de trabajo que le permitía jugar duro hasta un grado casi peligroso, ganándose el apodo de «Crash» en el proceso. Sufrió cuatro conmociones cerebrales en sus primeros cuatro años en Charlotte y también sufrió un colapso pulmonar y una fractura de costilla tras recibir una falta flagrante de Andrew Bynum en 2009.
Wallace sí se convirtió en un excelente jugador defensivo. En 2006, se convirtió en el único no-centro en la historia de la NBA en promediar dos bloqueos y dos robos por partido. También formó parte del primer equipo de defensa de la NBA en 2010. Tras ser traspasado de Charlotte, Wallace vivió una existencia nómada durante el resto de su carrera, jugando para los Portland Trailblazers, New Jersey/Brooklyn Nets y los Boston Celtics antes de retirarse. En total, jugó en la NBA durante 14 años y ganó más de 102 millones de dólares por sus esfuerzos.
‘Crash’ ha pasado a un nuevo reto
La transición de los deportes profesionales a la vida normal puede ser chocante para cualquiera. Los deportistas pasan gran parte de su vida trabajando por un objetivo. Luego, se encuentran sin nada que llene el vacío una vez que el reloj se agota.
A pesar de esta historia, a Wallace le ha resultado fácil dejar atrás esa vida. Actualmente vive en su ciudad natal, Childersburg, Alabama, con su familia. Se le preguntó en una entrevista con el Charlotte Observer si sigue con la liga después de su jubilación. Wallace dejó claro que realmente no lo hace:
En realidad no. No veo mucho baloncesto hasta después del parón del All-Star. Lo que más me gusta es el béisbol y el fútbol americano. Si tengo que sentarme en el sofá, prefiero ver esos. Pero la intensidad aumenta después del descanso del All-Star. Es entonces cuando me sumerjo en la temporada de la NBA.
Wallace dijo después que no echa de menos jugar al baloncesto y que ver jugar a sus hijos le llena lo suficiente.
¿Se puede ser un gran profesional sin amar el juego que se practica?
Las reflexiones de Wallace pueden resultar chocantes para algunos aficionados al deporte. Para ellos, ganar millones para vivir de la pelota es una fantasía que sacrificarían mucho para hacerla realidad. Pero los que han crecido dentro de la industria saben que la experiencia no siempre es tan color de rosa.
Todos los viajes, la presión y las exigencias de la gente que busca montarse en la cola de un jugador pueden ser agotadores. Y esto suponiendo que llegues a profesional. El dinero potencial en mano hace que sea un riesgo digno, especialmente para los jugadores que crecieron con pocos recursos.
Probablemente hay más jugadores que tratan sus carreras como vocaciones en lugar de llamados de los que se conocen públicamente. James Harden lo dijo el año pasado en un escrutinio previo al partido:
Tener un talento particular no significa que tengas que amar el juego, aunque la falta de aprecio probablemente impida a un jugador hacer un esfuerzo adicional para sacar lo mejor de sí mismo. Por muy glamuroso que sea el trabajo, algunos lo ven como un sueldo. Esperemos que todos ellos tengan el mismo nivel de seguridad en sus elecciones de vida que parece tener Wallace.
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