Fresa
Desde que se empezó a utilizar, el término se ha referido a los estilos de vida, comportamientos, hábitos y otras características específicas que no tienen relación específica con el estatus económico o la etnia, pero que de alguna manera se convirtieron en factores del fenómeno cuando estos estilos de vida y hábitos requerían ciertos aspectos que sólo se pueden encontrar en un círculo de clase alta. Aunque, no es críticamente necesario porque pertenecer a un grupo de fresa tiene que ver con la forma de pensar y actuar. Las personas que se autodenominan «fresas», normalmente no forman parte de él, sino que es un falso intento de pertenecer a ese grupo. Es decir, las fresas «auténticas» no existen, aunque algunas personas piensan, se comportan y actúan de forma natural el estereotipo sin darse cuenta, y lo encuentran completamente normal. El término se ha popularizado en otros países latinoamericanos debido a la popularidad internacional de los programas de televisión con personajes de fresa. En Venezuela existe otra palabra para referirse al mismo pueblo, que es «cotufa», que literalmente significa palomita. Supuestamente, la razón de este término se debe a la comparación de «el cerebro de uno con un trozo de palomitas», pero este término tiene sus diferencias con la palabra «fresa». El término «cotufa» es en realidad más parecido al tropo de la «rubia tonta», pero en Venezuela el color del pelo no es un factor decisivo, ya que personas con otros colores de pelo también pueden tener rasgos similares. Un término más cercano sería la palabra «sifrina», porque se relaciona directamente con las niñas ricas y mimadas.
Fresa se considera a veces el estereotipo opuesto a naco, sin embargo no siempre es una palabra despectiva. Tradicionalmente, a los adolescentes que asisten a colegios caros o tienen padres ricos (y son más propensos a ser fresas) se les llama «niños bien» o «gente bien». El acento de la fresa también es diferente del típico acento mexicano de habla lenta de algunas regiones, con un acento más establecido y un tono diferente. Mientras que originalmente, la mayoría de la clase alta educada considerada como fresa tenía un vocabulario adecuado en concordancia con su educación, crianza y estatus, hoy en día las fresas tienen una forma de hablar que es considerada frívola y muchas veces inculta por la élite intelectual (compuesta por personas de todas las clases sociales). La ropa de las fresas se compone en su mayoría de marcas de primera línea, como: Abercrombie & Fitch, Hollister Co, Lacoste, Armani, así como otras marcas de ropa caras, y se les suele ver comprando en centros comerciales bien ubicados (malls) y pagando siempre con tarjeta en lugar de efectivo.
«nuestros yuppies serían la primera generación de estadounidenses nacidos en México»
«nuestros yuppies serían la primera generación de estadounidenses nacidos en México»– Carlos Monsiváis
Las cosas se remontan a finales de los años 70 y 80 cuando (por primera vez en la sociedad mexicana) los niños, adolescentes e incluso jóvenes adultos comenzaron a utilizar un comportamiento estereotipado de «fresa» como forma de dar una falsa impresión (engaño) de su verdadero estatus social, económico (& educativo). Desde entonces, dicha tendencia prevaleció como un mainstream entre los mexicanos hasta que recientemente (y más bien a contrapelo) han surgido nuevas subculturas que la reemplazan, como los «Emos», «Góticos», «Darks», «Punketos», «Tech-savvy teens», «Metrosexuales», «Barrio», «Chuntaros», «Bronies», «Rancholos», «Cosplayers», etc. (En aquella época era un «privilegio» que te confundieran con una «Fresa». Los imitadores se extendieron rápidamente por todo el país, y las imitaciones sustituyeron la calidad de las marcas originales por otras baratas que engañaban pasando por «originales». Las marcas elegidas por las «Fresas» fueron Dolce & Gabbana, Zara, Polo Ralph Lauren, Furor, Abercrombie & Fitch, Reebok, Lacoste, Tommy Hilfiger, Ray-Ban Wayfarer, Banana Republic, Hugo Boss, Guess, Levi’s, Puma, Armani, Calvin Klein, American Eagle, entre otras.Los grupos y artistas elegidos, cuya influencia alimentó y ayudó a expandir el fenómeno fueron «Timbiriche», «Flans», «Maná», «Luis Miguel», «Sasha», «Pandora», «Mecano», «RBD», «Kudai», etc. Los lugares elegidos fueron «El Pedregal de Noticias», «El Circo Mágico», «Plaza Satélite», «Perisur», Santa Fe, «Plaza Inn», «Chazz», «El Ajusco», entre otros. Además, como parte de cada subcultura, nació un baile «característico»: el «ondulante», en el que se permanecía de pie, dando una especie de rebote de izquierda a derecha y toda la vuelta, mientras se imitaba un movimiento «ondulante» con el brazo contrario (levantado a la altura de los hombros parados en el suelo). La revista «Eres» era una de las más populares e influyentes entre los adolescentes, y la emisora de radio «WFM 96.9» era ciertamente importante y popular a nivel local.
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