Ferritina

La ferritina es un compuesto formado por moléculas de hierro unidas a la apoferritina, una cubierta proteica. El hierro almacenado representa alrededor del 25% del hierro total del cuerpo, y la mayor parte de este hierro se almacena como ferritina. La ferritina se encuentra en muchas células del organismo, pero especialmente en las del hígado, el bazo, la médula ósea y en las células reticuloendoteliales.

La ferritina desempeña un papel importante en la absorción, el almacenamiento y la liberación del hierro. Como forma de almacenamiento del hierro, la ferritina permanece en los tejidos corporales hasta que se necesita para la eritropoyesis. Cuando se necesita, las moléculas de hierro se liberan de la envoltura de la apoferritina y se unen a la transferrina, la proteína plasmática circulante que transporta el hierro a las células eritropoyéticas.

Aunque el hierro de la dieta se absorbe mal, el organismo conserva sus reservas de hierro cuidadosamente, reabsorbiendo la mayor parte del hierro liberado por la descomposición de los glóbulos rojos. Como resultado, el cuerpo normalmente pierde sólo de 1 a 2 mg de hierro al día, que generalmente se restablece por el hierro absorbido en el intestino delgado de fuentes dietéticas.

La ferritina se encuentra en el suero en bajas concentraciones y es directamente proporcional a las reservas de hierro del cuerpo. La concentración de ferritina sérica, cuando se analiza con otros factores como el hierro sérico, la capacidad de fijación del hierro y las reservas tisulares de hierro, es valiosa en el diagnóstico de las anemias por deficiencia de hierro, las anemias por infección crónica y las afecciones como la talasemia y la hemocromatosis que se asocian a la sobrecarga de hierro. La medición de la ferritina sérica es especialmente valiosa para distinguir las anemias ferropénicas causadas por un bajo nivel de reservas de hierro de las resultantes de una utilización inadecuada del mismo.

Aunque el hierro de la dieta se absorbe mal, el organismo conserva cuidadosamente sus reservas de hierro, reabsorbiendo la mayor parte del hierro liberado por la descomposición de los glóbulos rojos. Como resultado, el cuerpo normalmente pierde sólo de 1 a 2 mg de hierro al día, que generalmente se restablece por el hierro absorbido en el intestino delgado de fuentes dietéticas.

La ferritina se encuentra en el suero en bajas concentraciones y es directamente proporcional a las reservas de hierro del cuerpo. La concentración de ferritina sérica, cuando se analiza con otros factores como el hierro sérico, la capacidad de fijación del hierro y las reservas de hierro de los tejidos, es valiosa en el diagnóstico de las anemias por deficiencia de hierro, las anemias por infección crónica y las afecciones como la talasemia y la hemocromatosis que se asocian a la sobrecarga de hierro. La medición de la ferritina sérica es especialmente valiosa para distinguir las anemias ferropénicas causadas por un bajo nivel de reservas de hierro de las resultantes de una utilización inadecuada del mismo.

Los valores de ferritina sérica son elevados en presencia de las siguientes condiciones y no reflejan las reservas reales de hierro del organismo:

  • inflamación
  • destrucción tisular significativa
  • enfermedad del hígado
  • malignidades como leucemia aguda y enfermedad de Hodgkin
  • terapia con suplementos de hierro

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