El riesgo de fuga en las residencias de ancianos

Los gerentes y el personal de las residencias de ancianos se enfrentan a muchos riesgos cuando prestan atención a los ancianos. Aunque el seguro de residencias de ancianos se considera la base de cualquier plan de gestión de riesgos, hay muchas otras consideraciones para mantener a los residentes de las instalaciones a salvo de cualquier daño. Uno de los riesgos predominantes que afectan a las residencias de ancianos es el de la fuga, o el deambular sin supervisión que hace que un residente salga de los confines de la residencia de ancianos. Para proteger a los residentes de los riesgos asociados a la fuga, las residencias de ancianos deben desarrollar protocolos de supervisión y seguridad, garantizando que los residentes de riesgo permanezcan en un entorno seguro.

La fuga: Un riesgo creciente en las residencias de ancianos

Un residente de una residencia de ancianos puede optar por abandonar el centro, especialmente cuando el personal del centro no proporciona la seguridad y la supervisión adecuadas. La fuga se produce a menudo en los residentes con deficiencias cognitivas como la enfermedad de Alzheimer u otras formas de demencia; los residentes simplemente no se dan cuenta de que están dejando la seguridad de su centro de atención de enfermería. En otros casos, los residentes pueden verse influenciados a abandonar un centro por factores como cambios en la medicación, desconfianza de los miembros del personal o descontento con las condiciones de vida.

Según un importante recurso de atención en residencias de ancianos, las fugas han aumentado drásticamente. En un período comprendido entre 2006 y 2009, las fugas denunciadas aumentaron casi un 40%. Este aumento puede atribuirse al envejecimiento de la población en las residencias de ancianos, así como a la prevalencia de ciertas condiciones mentales y psicológicas en la población de las residencias. Se estima que hasta el 60% de todos los residentes de residencias de ancianos en Estados Unidos tienen algún tipo de deterioro cognitivo; esta asombrosa cifra apunta a la necesidad de que las residencias de ancianos aborden los riesgos de fuga antes de que puedan causar graves consecuencias.

¿Cuáles son las consecuencias de que un residente de una residencia de ancianos abandone los confines de un centro asistencial? Hay muchas, y algunas pueden provocar lesiones importantes o incluso la muerte. Los riesgos de fuga más comunes son:

  • Exposición a calor y frío peligrosos
  • Resbalones y caídas resultantes de la navegación por terrenos desconocidos
  • Las lesiones por deambular en el tráfico
  • Ahogamientos

Un residente de una residencia de ancianos que se aleja puede resultar gravemente herido, y algunas de estas lesiones pueden acabar provocando la muerte. El seguro de las residencias de ancianos está diseñado para proteger a las instalaciones y a su personal de muchas reclamaciones legales, pero incluso esta importante protección del seguro puede ser inadecuada si una fuga resultara en la muerte de un residente. En un incidente de fuga en el estado de Washington, un centro fue multado con más de 500.000 dólares por la agencia reguladora que supervisa las residencias de ancianos en el estado. Ante estos elevados gastos, incluidas las multas y los costes de defensa legal, está claro que para proteger mejor a los residentes, estos centros deben incorporar estrategias de supervisión y seguridad de las instalaciones en sus planes de gestión de riesgos.

Mitigación de los riesgos de fuga

Hay muchas estrategias que los directores y el personal de las residencias de ancianos pueden incorporar para frenar el creciente riesgo de fuga. Para las instalaciones con una alta población de residentes con demencia, nada es más eficaz que una cuidadosa supervisión. Una dotación de personal adecuada es primordial para proporcionar la supervisión necesaria para evitar que los pacientes de riesgo deambulen fuera del centro.

La tecnología también puede ser eficaz para prevenir las fugas. Estas tecnologías pueden incluir:

  • Sistemas de cierre automático de entradas
  • Alarmas de entrada/salida
  • Sistemas de rastreo de pacientes, como el popular sistema de brazaletes electrónicos Wanderguard
  • Sistemas de vigilancia con cámaras de circuito cerrado

La formación del personal es una parte importante del proceso de gestión de riesgos. Una formación adecuada del personal sobre los riesgos comunes de fuga y deambulación, junto con una formación periódica de actualización, puede ayudar a reducir los casos de residentes que abandonan el centro sin supervisión. Si un residente consigue salir de un centro determinado, debe existir un protocolo de personas desaparecidas. Esto puede ayudar a localizar rápidamente a un residente desaparecido recurriendo a organismos externos como las fuerzas del orden, los bomberos/rescate y el personal médico en busca de ayuda. Una búsqueda minuciosa en el terreno y en las zonas cercanas al centro suele permitir encontrar a los residentes desaparecidos. Todas las acciones llevadas a cabo en un incidente de desaparición de un residente deben documentarse minuciosamente, y debe realizarse una investigación de los factores que condujeron a la fuga en cada incidente.

El seguro para residencias de ancianos es una de las muchas maneras en que los centros pueden proteger a sus residentes y al personal, pero una sólida estrategia de supervisión y seguridad sirve para mantener a los residentes dentro de la seguridad de un centro determinado. Con estas herramientas y estrategias en su lugar, un hogar de ancianos y sus residentes tienen la garantía de un entorno seguro y cuidadoso libre de riesgos de fuga.

Acerca de Caitlin Morgan

Caitlin Morgan se especializa en asegurar centros de vida asistida y residencias de ancianos y puede ayudarle a proporcionar servicios de seguros y gestión de riesgos para este nicho de mercado. Llámenos para saber más sobre nuestros programas al 877.226.1027.

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