Eileen Collins

Eileen Collins entró en la historia al convertirse en la primera mujer estadounidense en pilotar una nave espacial. Sobre esta misión pionera, Collins dijo: «Esta misión marca los primeros pasos de la cooperación espacial internacional».

Collins trabajó duro y superó la adversidad en cada centímetro de su viaje al espacio. Su familia tuvo que luchar para llegar a fin de mes en el norte del estado de Nueva York, y ella se pagó el colegio comunitario y las clases de vuelo trabajando a tiempo completo en varios empleos. Collins aprendió a volar cuando sólo tenía 19 años: «No me gasté dinero en ropa… Había crecido viendo volar planeadores en Harris Hill (en Elmira, Nueva York) y siempre había soñado con volar». Se licenció en matemáticas y economía en la Universidad de Syracuse y obtuvo un máster en investigación de operaciones en la Universidad de Stanford en 1986. También tiene un máster en gestión de sistemas espaciales por la Universidad de Webster. De 1986 a 1989, Collins fue instructora de matemáticas en la Academia del Ejército del Aire. Durante ese tiempo, también fue piloto de pruebas en la base de las Fuerzas Aéreas de Edwards, volando 26 aviones diferentes en un solo año.

En 1990, Collins fue seleccionada por la NASA y se convirtió en astronauta en julio de 1991. Collins se convirtió en la primera mujer en pilotar un transbordador espacial, cuando el Discovery completó una misión de ocho días en febrero de 1995. Esa misión incluyó el primer encuentro espacial con la estación espacial rusa Mir. Collins volvió a hacer historia en 1999, cuando comandó el Columbia, en la misión STS-93. A lo largo de su carrera, Collins ha acumulado más de 6.751 horas en 30 tipos diferentes de aeronaves.

Retirada de la NASA desde 2006, Collins ha recibido numerosos premios, entre ellos la Cruz de Vuelo Distinguida, la Medalla al Servicio Meritorio de Defensa, la Legión de Honor francesa, la Medalla al Liderazgo Sobresaliente de la NASA, el Premio Espíritu Libre y el Trofeo Nacional del Espacio.

Collins es muy consciente del carácter pionero de su trabajo: «Quiero hacerlo bien porque sé que represento a otras mujeres, a otros pilotos, a pilotos militares y a pilotos civiles que esperan venir a la NASA y ser ellos mismos pilotos del transbordador espacial».

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