Dolor en el antepié

Dolor en el antepié

El dolor en el antepié, también conocido como metatarsalgia, es un tipo de dolor que se produce en la bola del pie (alrededor de la punta de los huesos metatarsianos). Por lo general, el dolor en el antepié se asocia al envejecimiento. Los individuos con metatarsalgia experimentan un dolor de intensidad y molestias variadas y encuentran dificultades para realizar actividades como caminar, correr, jugar y otras varias.

El antepié es la porción anterior del pie formada por cinco metatarsos, catorce huesos de la falange y tejidos blandos. Esta complicada estructura hace que el dolor en esta región sea más complejo de diagnosticar.

Síntomas:

Los pacientes con metatarsalgia suelen experimentar un dolor agudo y punzante o un ardor en la bola del pie. El dolor suele empeorar al estar de pie, caminar, correr o cuando se flexiona el pie afectado. Algunos pueden tener sensación de adormecimiento u hormigueo en los dedos. En la mayoría de los casos, la piel que recubre la zona afectada se vuelve gruesa y dura, de textura áspera, junto con una pérdida total o parcial de la sensibilidad. Esto suele denominarse hiperqueratosis o callosidad. Algunas personas pueden notar cambios en la forma de los pies o de los dedos dependiendo de la causa del dolor.

Causas:

Hay muchas causas de dolor en el antepié que requieren un juicio cuidadoso para concluir el diagnóstico y el plan de tratamiento. Algunas causas comunes incluyen:

  • Sobrepeso: El exceso de peso corporal tiende a ejercer más presión sobre los huesos metatarsianos y a causar dolor.
  • Exceso de uso: El dolor por sobreuso se observa en los deportistas (atletas y corredores). Esta condición exhibe desde inflamación hasta fractura de los huesos metatarsianos.
  • Forma del pie: Las personas con dedos en martillo (el dedo está doblado en la articulación media) y juanete (una protuberancia dolorosa en la base del dedo gordo) también son más propensas a la metatarsalgia.
  • Artritis del dedo gordo: La artritis es una inflamación del cartílago y del revestimiento de las articulaciones de los huesos. La osteoartritis es el tipo más común que provoca un traumatismo excesivo y el desgaste del cartílago en las articulaciones del pie.
  • Gota: Es una forma de artritis muy común y dolorosa que provoca hinchazón, enrojecimiento y rigidez de las articulaciones. Suele afectar al dedo gordo del pie y provoca un dolor intenso.
  • Fracturas por estrés: Las fracturas por estrés del pie que pueden producirse en deportistas o caminantes pueden provocar dolor.
  • Neuroma de Morton: El neuroma de Morton es una afección dolorosa que afecta a uno de los nervios entre los dedos del pie (nervio interdigital). El neuroma de Morton se refiere al engrosamiento del tejido nervioso entre el tercer y el cuarto dedo del pie debido a la formación de tejido cicatricial.
  • Sesamoiditis: Esta afección es una inflamación de los huesos sesamoideos. Estos son los pequeños huesos redondos incrustados dentro de los tendones que conducen al dedo gordo del pie. La fuente principal de la sesamoiditis es la presión y la tensión constantes aplicadas sobre el pie. Es común en personas que participan en deportes de alta intensidad (corredores) o en actividades que producen sacudidas (trote o boxeo).
  • Pes cavus: Es una condición de la forma del pie muy arqueada. El espacio entre la planta del pie y el suelo es más alto de lo normal en caso de Pes cavus. Esto hace que se ejerza una presión excesiva sobre las bolas de los pies.
  • Pérdida de la almohadilla de grasa bajo la bola del pie: Con el envejecimiento, la almohadilla de grasa protectora bajo la bola del pie tiende a adelgazar con el uso excesivo y puede aumentar la susceptibilidad al dolor en la bola del pie.
  • Zapatos mal ajustados: El uso de zapatos apretados, estrechos o de tacón alto puede suponer una tensión constante en los huesos metatarsianos que provoca dolor en la parte delantera del pie.

Diagnóstico:

El diagnóstico debe realizarse con cautela utilizando una historia completa de la afección y un interrogatorio directo. Un conocimiento experto de la anatomía del antepié permite un examen detallado y la identificación de una estructura lesionada. El cirujano puede solicitar radiografías o resonancia magnética del pie o tobillo afectado para confirmar el diagnóstico.

Tratamiento:

El tratamiento temprano es fundamental para aliviar el dolor. Los casos leves o moderados de dolor en el antepié pueden manejarse con un tratamiento conservador. Los casos graves de neuroma y juanetes pueden requerir cirugía. Las siguientes medidas conservadoras ayudan a aliviar el dolor de la metatarsalgia:

  • Medicamentos: El médico puede recetar analgésicos para reducir el dolor y la inflamación.
  • El reposo de los pies y la aplicación de compresas de hielo envueltas en una toalla sobre la planta del pie afectado pueden reducir el dolor y la inflamación
  • Adaptación a un régimen dietético de pérdida de peso, si tiene sobrepeso
  • Modificación de la actividad: Evitar las actividades vigorosas que ejercen una tensión excesiva sobre los huesos y los tendones de los pies. Inicie ejercicios específicos para ayudar a fortalecer los músculos del pie.
  • Utilice plantillas ortopédicas o plantillas personalizadas para apoyar y proteger el pie. También ayuda a reducir la presión ejercida sobre los huesos metatarsianos.
  • Pueden colocarse almohadillas para los dedos, suavizantes o de gel dentro de los zapatos para ayudar a amortiguar el impacto al caminar. Las modificaciones sencillas del calzado incluyen el uso de zapatos de tacón bajo y zapatos de puntera ancha con almohadillas de gel de silicona para minimizar las molestias en la punta de los dedos.
  • Inmovilización mediante el uso de una escayola, férula, corsé, bota para caminar u otro dispositivo para evitar el movimiento de los pies y ayudar a una curación más rápida del tendón roto.

La cirugía se considera la última opción si en caso de que los síntomas no se resuelvan con los tratamientos conservadores y depende de la edad y el nivel de actividad del individuo, la extensión del daño en el tendón o el hueso o el nervio, y otros factores.

El tratamiento quirúrgico consiste en realinear o remodelar los huesos metatarsianos.

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