Diagnóstico del linfoma de Hodgkin

El linfoma de Hodgkin puede ser difícil de diagnosticar. Su equipo multidisciplinar de expertos en cáncer de Hodgkin utiliza una variedad de herramientas y tecnologías basadas en la evidencia, diseñadas para diagnosticar el linfoma de Hodgkin, evaluar la enfermedad y desarrollar un plan de tratamiento adaptado a sus necesidades. A lo largo de su tratamiento, utilizaremos pruebas de imagen y de laboratorio para controlar su respuesta al tratamiento y modificar su plan cuando sea necesario.

Pruebas de laboratorio: Podemos utilizar análisis de sangre para descartar una infección u otra enfermedad y determinar si el linfoma de Hodgkin se ha extendido.

Biopsia: Una biopsia es una prueba diagnóstica común para el linfoma de Hodgkin. Nuestros patólogos tomarán las células de una muestra de biopsia y las examinarán al microscopio para buscar la presencia de linfocitos anormales denominados células de Reed-Sternberg. Estas células distintivas son más grandes que los linfocitos normales y tienen núcleos grandes y pálidos. Podemos utilizar estas biopsias para determinar la tasa de crecimiento del tumor y evaluar si la enfermedad se ha extendido:

  • La biopsia de médula ósea extrae una muestra de médula ósea.
  • La biopsia de ganglios linfáticos extrae todo o parte de un ganglio linfático.

Citometría de flujo: Una prueba de citometría de flujo para el linfoma de Hodgkin puede proporcionar información sobre si las células del tumor contienen una cantidad normal o anormal de ADN, y la velocidad relativa a la que el tumor está creciendo.

Imagen: Las siguientes pruebas de imagen pueden utilizarse para ayudar a formular un diagnóstico de linfoma de Hodgkin:

  • Exploración por TAC
  • Exploración por TEP/TC
  • Prueba de función pulmonar (en algunos casos)

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