¿Cuánto viven los gatos?

Después de ver a su gatito crecer ante sus ojos, o ver a un amigo de la familia envejecer, es natural preguntarse, «¿Cuánto viven los gatos?»

Gracias a la importante investigación en los campos de la nutrición, las enfermedades preventivas y la anatomía felina, los gatos viven más que nunca. Aunque la esperanza de vida de un gato depende de muchas cosas, como el estilo de vida, la raza, el estado de vacunación, la ubicación y el estado reproductivo, el gato de interior vive de media entre 12 y 18 años. En cambio, los gatos de exterior corren un mayor riesgo de sufrir accidentes, traumatismos y enfermedades, por lo que su esperanza de vida media es de 4 a 6 años.

El felino vivo más viejo, según el libro Guinness de los récords mundiales, fue un gato llamado Crème Puff, que vivió hasta los 38 años y 3 días.

Las enfermedades más comunes en el gato son la enfermedad dental y periodontal, la enfermedad renal crónica, la disfunción tiroidea, la diabetes y la obesidad. Un paso importante para garantizar que su gato tenga una vida lo más larga y saludable posible es la atención y los exámenes veterinarios rutinarios. Asegurarse de que su mascota esté al día con las vacunas, los medicamentos preventivos y su examen anual es primordial para garantizar que las enfermedades se traten adecuadamente y se diagnostiquen a tiempo.

Años de gato a años humanos

Al igual que no hay una respuesta clara a la pregunta «¿cuánto viven los gatos?»

Una idea errónea muy extendida es que un «año felino» equivale aproximadamente a siete «años humanos», lo que significa que un gato de 1 año equivale a un niño de 7 años y un gato de 5 años equivale a un adulto de 35 años. De hecho, los gatos envejecen de forma diferente a las personas.

Aunque no existe una fórmula científica para calcular el ritmo de envejecimiento en relación con los humanos, en general se acepta que los dos primeros años de la vida de su gato son equivalentes a los primeros 25 años de la vida humana. Después de este tiempo, los gatos envejecen a un ritmo aproximadamente cuatro veces mayor que el de un humano; es decir, después de los dos años, un año equivale aproximadamente a cuatro «años de gato».