Carlos Monzón fue aún más violento fuera del ring y le costó la vida
Carlos Monzón es considerado uno de los mejores boxeadores argentinos de todos los tiempos. Su legado en Argentina está a la altura de figuras como Diego Maradona, Juan Manual Fangio o Lionel Messi. Por muy dominante que fuera Monzón dentro del cuadrilátero, la lucha más dura que tuvo fue la que libró contra su propia personalidad violenta fuera del cuadrilátero.
Monzón tuvo una educación problemática en Argentina, y esos recuerdos tan marcados le acompañaron hasta su trágica muerte en 1995. Sus tendencias violentas y su incapacidad para controlar sus emociones le ayudaron mucho como boxeador, pero le causaron un montón de problemas en su vida personal.
Carlos Monzón fue uno de los mejores boxeadores de la década de los 70
Muhammad Ali, Joe Frazier y George Forman destacaron en la época dorada del boxeo de los 70, pero Carlos Monzón merece estar en la misma frase que esos grandes de todos los tiempos.
Monzón se hizo profesional en 1963 con 20 años. Perdió tres veces en sus primeros 19 combates, pero no volvió a perder otra pelea en el resto de su carrera. Terminó con 87 victorias y nunca fue noqueado en 14 años como profesional. Leyendas del boxeo como Mike Tyson elogiaron a Monzón por su habilidad en el ring.
«Siempre me gustó Carlos Monzón. Era un tipo duro, de verdad, un tipo de la calle», dijo Tyson a Olé. «No hablaba mucho, no lo necesitaba. El cuadrilátero le pertenecía».
Monzón era aún más violento fuera del cuadrilátero
Monzón se hizo rápidamente rico y famoso en el mundo del boxeo. Era uno de los boxeadores más temidos del mundo, pero su dura educación nunca se olvidó. Esto hizo que bebiera a menudo, y Monzón se volvía violento siempre que se emborrachaba.
Era abusivo con casi todas las mujeres con las que se relacionaba románticamente. Su primera esposa estaba tan harta del comportamiento abusivo que le disparó dos veces en 1973. Monzón sobrevivió a las heridas y volvió a luchar poco después.
Monzón siguió golpeando a las mujeres con las que salía, y salió con muchas. Convertirse en una de las figuras públicas más populares de Argentina le trajo un montón de parejas románticas interesadas. La última de ellas fue Alicia Muñíz.
Muñíz se convirtió en la segunda esposa de Monzón y ambos tuvieron un hijo juntos. La relación se tornó violenta y la pareja se separó al cabo de unos años, pero ese no fue el final de su historia.
El ex matrimonio se reencontró en 1988 en Mar del Plata. Tras una discusión física, Monzón lanzó a Muñíz por el balcón de un segundo piso y la mató. Fue condenado a 11 años de prisión por asesinato.
Monzón murió antes de salir de la cárcel
La personalidad violenta de Carlos Monzón no sólo le costó la vida de su ex mujer, sino también la suya.
Seis años después del asesinato, Monzón obtuvo un día de permiso en la cárcel para ver a su familia. En el viaje de vuelta a la cárcel, Monzón perdió el control de su vehículo y se estrelló. Murió antes de que nadie llegara a socorrerlo.
El pueblo argentino lloró la pérdida de su campeón de lucha, pero muchos creyeron que Monzón recibió su merecido. Era constantemente violento con sus novias y esposas, y eso le costó la vida. El periodista de boxeo Carlos Irusta explicó la reacción del público ante la muerte de Monzón.
«Hubo otros que, en lo deportivo, lo vieron como un gran campeón, y como alguien que cuidaba a su familia y se preocupaba por ella», dijo Irusta a Wander-Argentina. «Él siempre sostuvo que no recordaba lo que había pasado esa noche con Alicia. Cuando fui a su entierro en Santa Fe, la gente cantaba ‘dale campeón'».
Monzón pudo ser una leyenda en el ring, pero su violenta vida personal hizo que lo recordaran como un maltratador y asesino en lugar de un campeón de boxeo.
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