Andy Goessling: 2/5/59 – 10/12/18
Este sitio web pretende compartir algunas ideas sobre el músico Andy Goessling, una persona maravillosa y compleja que no sólo amaba la música, sino que también estaba fascinado con el mundo y sus habitantes que dieron forma a la música y los instrumentos que tocamos. En las páginas interiores se encuentran muchas de las bandas y proyectos con los que Andy trabajó, mostrando la variedad de estilos, instrumentos y música de la que formó parte. Con sus intereses tan diversos, esta parecía la mejor manera de dar al lector una visión de los dones de Andy, de lo que aportaba a la música y a la gente con la que tanto disfrutaba tocando.
La musica que Andy tocaba era mas que su imaginacion y mayor que su conocimiento profesional. Era una extensión de sus creencias, impulsada por la curiosidad de conocer y comprender algo más que «la música». Se preguntaba: ¿Dónde se fabricó este instrumento? ¿De quién procede esta canción? ¿Qué nos dicen estos hechos sobre el fabricante? ¿Qué quiere decir este instrumento?
Como ejemplo, cuando creaba sus propias melodías, Andy escuchaba cómo quería tocar la guitarra. Dejó que el tono y la sensación guiaran sus dedos, permitiéndose a sí mismo convertirse en una puerta de entrada a la voz del instrumento. Cuando añadía algo a la canción de otro, Andy examinaba su colección y buscaba un instrumento, aunque no necesariamente el que todos pensaban, y creaba un enfoque diferente que capturaba el espíritu de la canción. Andy era muy valorado por la comunidad musical por su capacidad de ver otro ángulo o punto de vista, y luego utilizarlo para mejorar el alma musical de la melodía.
Con su profunda curiosidad por la música como punto de partida, naturalmente Andy era un multi-instrumentista. Las historias de los distintos instrumentos le intrigaban. Comenzando con su cítara y su flauta dulce, Andy comenzó su pasión de toda la vida por aprender y tocar todos los instrumentos musicales de viento y con trastes que literalmente pudiera tener en sus manos.
Había muchas facetas de Andy que mostraban el amor y la empatía que tenía por la música de sus instrumentos. Cada uno tenía una historia que contar, empezando por su fabricación y las notas que debía producir. Los intereses de Andy le llevaron no sólo a las canciones, sino a comprender las fuentes de los propios instrumentos. Aunque aprendió mucho sobre los instrumentos de viento de metal que tocaba, fueron los naturales, como la madera, los que más le gustaron. Paseábamos entre los árboles de casa, observando sus patrones de crecimiento, y él se imaginaba qué cosas se podían hacer con ellos. La conexión de la vida con la música era importante para él. Andy fabricaba pequeñas flautas con huesos de ciervo que encontraba, mostrándome alegremente las diferencias de los agujeros. Incluso los muebles de nuestra casa eran elegidos por su madera, como las sillas con chapas antiguas o los pianos de palisandro del siglo XIX, aunque ya no se pueden tocar, utilizados y honrados como escritorios.
Para Andy, cada guitarra, saxo o mandolina que traía a casa era un nuevo ser a conocer. Aunque algunos estaban destinados a ser más dignos de la carretera para sus conciertos de gira, la mayoría se los llevaba a casa para profundizar en su comprensión de lo que eran estas cosas. Con esa intención, el carácter del instrumento sería descubierto, y si no se ajustaba actualmente a las necesidades musicales de Andy, lo pondría a disposición de otra persona que lo tocara, ya que hacer que el instrumento viviera su vida tal y como el fabricante pretendía era un regalo que Andy deseaba transmitir.
Escuchar a Andy tocar en casa era una experiencia profundamente personal y maravillosa. Comenzaba con él investigando una adquisición reciente o practicando una pieza, pero a menudo se producía una sutil transición. La melodía empezaba a describir el día y/o sus sentimientos. La canción podía cambiar para explorar la profundidad del instrumento que estaba tocando. Podía convertirse en una historia, un viaje o una imagen de un momento. Todas estas posibilidades resuenan en el aire, Andy me habla a través de su música. Es su propia respuesta etérea a «¿Cómo fue tu día, querida?»
He compartido un poco de lo que era vivir con mi marido Andy, espero que disfruten explorando las otras historias dentro.
Juega, con amor,
Alison Goessling
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