4 pasos para un queso a la parrilla aprobado por la dieta

Es difícil encontrar a alguien a quien no le guste el queso a la parrilla, especialmente en las noches en las que pasar mucho tiempo en la cocina no es una opción. La preparación superrápida lo convierte en un gran placer para el público que es fácil de preparar en un instante. Aunque el sándwich se considera generalmente un derroche cuando se sigue una dieta saludable, es posible disfrutar de la bondad del queso sin el lado de la culpa. Con estos cuatro sencillos cambios, puede aumentar el factor de salud del clásico queso a la parrilla para obtener una deliciosa comida con la que puede sentirse bien alimentando a su familia.

1. Considere el pan
Una de las maneras más fáciles de mejorar la puntuación de salud de su queso a la parrilla es comenzar con un pan mejor para usted. Puede que el pan blanco sea el preferido, pero el de trigo integral tendrá el mismo sabor una vez que se haya untado con queso fundido; además, aporta una dosis de granos integrales y fibra saludables.
2. Sea exigente con el queso
Hay montones de quesos deliciosos, pero cuando elija su rebanada, siga esta regla general: Cuanto más afilado y sabroso sea un queso, menos tendrá que utilizar para causar impacto. Un queso cheddar reducido en grasa, un parmesano o un queso de cabra duro son todas opciones sabrosas con un sabor fuerte y agudo, lo que le permite reducir la cantidad necesaria para dar un golpe de sabor.
3. Introduzca verduras
¿Quién dice que el queso tiene que ser el único aderezo? Cuando se trata de complementos, las posibilidades son infinitas. Prueba a ponerle tus verduras favoritas: Las cebollas, los pimientos, las espinacas, los tomates y los pimientos rojos son todas adiciones sabrosas. (Sugerencia para mamás y papás: Esta es una gran manera de hacer que los niños coman más verduras)
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4. No use mantequilla
El pan empapado es un gran error del queso a la parrilla, pero mucha gente cree que la clave para las rebanadas crujientes es untarlas con mantequilla. En realidad, puedes conseguir el mismo crujiente utilizando una prensa para paninis o engrasando la sartén con un poco de aceite de oliva antes de asar el sándwich. Así que sáltate la mantequilla y ahorra mucha grasa y calorías, sin sacrificar la textura crujiente que tanto te gusta.

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